

Por Daphne Dionizis
La pandemia sin duda alguna nos ha traído grandes desafíos y cambios en el estilo de vida. “¿Qué hay de cenar?”, puede ser una pregunta que ahora esté generando mucho estrés, y que terminemos por resolver con productos enlatados o pedidos a domicilio de comida.a nutrición juega un papel fundamental en estos días. Una dieta equilibrada, acompañada de actividad física, pueden ser nuestra mejor herramienta para fortalecer nuestro sistema inmune y salud mental.
Sin embargo, este momento puede ser una gran oportunidad para fortalecer el vínculo familiar a través de la cocina, e incluso convertir nuestra alimentación en la mejor aliada de la cuarentena.
La Dra. Yudith Preiss, nutrióloga del Hospital Dipreca y en el Centro médico para el tratamiento de la obesidad y enfermedades metabólicas, Novamed, conversó con nosotros sobre los cuidados alimenticios que debemos tener en estos días y cómo podemos beneficiarnos de ellos.
¿Cuáles son los alimentos que no deben faltar en nuestra despensa en una cuarentena?
Dada las condiciones, muchos estamos optando por productos enlatados y congelados… ¿los recomiendas?
– ¡Los congelados nos salvan mucho! En general las proteínas no pierden sus características nutricionales al ser congeladas, así que no hay problema.
Los productos enlatados son una opción, pero hay que tener ojo y no abusar. Los productos en conserva son altos en sodio, y esto es perjudicial especialmente para las personas que tienen hipertensión. Además, muchos son conservados en aceite o almíbar y esos idealmente no hay que consumirlos.
Ya que la cuarentena puede traer una disminución de actividad física ¿Deberíamos tener una alimentación baja en calorías?
– Lo ideal es no cometer excesos. La mantención del peso corporal es un equilibrio entre varios factores, no solo la ingesta y la actividad física. Existe una regulación a nivel cerebral, que en general nos va a mantener en un peso más o menos estable, a menos que hagamos grandes desajustes, o tengamos alguna enfermedad que lo desregule.
Por ejemplo. Si en la cuarentena nos quedamos acostados viendo películas o leyendo en la cama una semana sin levantarnos, y seguimos comiendo las mismas calorías totales, ¡es probable que mantengamos más o menos invariable el peso corporal o incluso algunos (los más deportistas) bajarán un poco! Pero va a ser una pérdida de peso muy mala para la salud, pues habremos perdido principalmente masa muscular, por desuso.
Por otro lado, si hacemos una dieta baja en calorías, pero mal distribuida en los aportes, puede ser que perdamos o mantengamos el peso, pero nuevamente, a expensas de haber perdido masa muscular y no solo grasa, lo cual es malo, pues es peso que se recuperará rápidamente.
La recomendación general es mantener una alimentación variada, colorida, que incluya todos los tipos de macronutrientes y evitar los excesos. Y de nuevo, en la medida de lo posible, ejercitarnos.
Estoy segura de que si decretaran distanciamiento social de nuestros refrigeradores, muchas estaríamos felices…¿Por qué el aburrimiento nos aumenta las ganas de comer?
– Todo depende de cómo lo veamos. El aburrimiento es un buen aliado para desarrollar la creatividad, así que, si aprendiéramos a usar ese tiempo en aprender cosas nuevas o en practicar algún hobby que nos guste, sería ideal.
Yo no asociaría el aburrimiento en sí con la mayor ingesta. Más bien, diría que es el vacío que se genera en momentos en que antes teníamos una rutina, que no sabemos cómo llenar, y a veces la manera que se nos viene a la mano más rápido, porque tenemos el acceso, es comer.
El desafío de evitar las tentaciones en cuarentena es aún más difícil… ¿Qué nos recomiendas para evitar esos atracones?
Recomiendo organizar el día, seguir una rutina en las comidas, es decir, no saltarnos comidas.
– Evitar tener en la casa esas cosas que sabemos son las que vamos a “atacar” primero si nos dan esas ganas imperiosas de comer. Y en su lugar, tener snacks que nos sacien y nutran (frutos secos, frutas, whey protein).
Mantenernos bien hidratados, hacer algo de ejercicio, en la medida que el espacio físico nos lo permita (yoga, baile, pesas por ejemplo no necesitan grandes espacios).
Cuando todo lo anterior no funciona, existen fármacos que pueden ayudarnos a regular algunas conductas que nos llevan a comer más de lo que necesitamos.
Para muchos el comer trae alegría ¿Cómo podemos separar la sensación de felicidad en la comida?
– La comida tiene un componente hedónico asociado que es difícil de separar.
Los olores y sabores nos evocan momentos y recuerdos, que sobretodo en estos momentos, alimentan también el espíritu. Mis hijos, por ejemplo, extrañan la comida que les hace su abuela, y aunque trato de hacerla parecida, mientras comemos me dicen “mamá, no te quedó como a la Yaya”. Eso abre un espacio para que conversemos sobre cuánto los extrañamos, y sirve de válvula para dejar salir un poco la ansiedad de estos momentos y conversar sobre lo que nos pasa.
Así que, si ocupamos la comida como aliada, para gratificar el espíritu además del instinto, ¡puede ser una gran ayuda! Depende de cómo lo veamos.
¿Algún consejo para “engañar” al estómago? (chicles, té caliente, etc.)
– Chicles, no. Transitoriamente te va a ayudar pues aumenta la secreción de saliva y de jugos gástricos, pero pronto se aumenta la secreción de insulina y otras hormonas y te provoca más hambre.
Estar bien hidratado es fundamental. Snacks bajos en calorías, que te hagan masticar también son buenos (ej. apio, pepino, galletas de arroz).
Nuestra alimentación también requiere de cuidado
– Este tiempo en casa tal vez sea una oportunidad para quienes necesiten cambiar sus hábitos alimenticios. La dra. Preiss, nos asegura que estas últimas semanas ha aumentado sus consultas online, y señala que los niveles de ansiedad están por las nubes. En este sentido explica que es fundamental mantener las consultas con un nutriólogo en personas que se encuentran con algún tratamiento farmacológico, para poder continuarlos y no verlos interrumpidos. A su vez, los pacientes con enfermedades crónicas, como los diabéticos, deben mantener sus controles periódicamente, para ajustar sus fármacos si es que lo necesitaran.
Dicen que para poder combatir cualquier enfermedad es necesario tener un sistema inmunológico fuerte ¿Qué nos recomiendas comer para lograr tenerlo en condiciones óptimas?
– La recomendación es tener un peso corporal adecuado (la obesidad y la desnutrición afectan la capacidad de respuesta inflamatoria), comer frutas y verduras por sus aportes en vitaminas y minerales con capacidad antioxidante. Además, son prebióticos, es decir, nutren a las bacterias benéficas de nuestro organismo para mejorar la inmunidad. Proteínas de alto valor biológico. En general, una dieta que contenga lo que hemos mencionado antes, debería cubrir todos los requerimientos diarios.
No se aconseja en población sana tomar multivitamínicos pues no se ha visto un beneficio extra.
Los alimentos fermentados (por ejemplo, el yogurt “de pajaritos” ó kefir, o el chocrut) son ricos en prebióticos y probióticos que son bacterias y levaduras vivas que van a fortalecer el sistema inmune. En algunos casos, se podría indicar probióticos en forma de cápsulas, pero no hay aún guías que indiquen la prescripción a toda la población de forma rutinaria.
He leído en varias partes que lo importante es mantener la microbiota intestinal saludable para poder estar mejor preparados para enfrentar un contagio por COVID-19…¿nos podrías explicar cuál es la función de esta microbiota y su relación con el virus?
– La microbiota se considera hoy en día casi un nuevo “sistema” en el organismo. Se compone de bacterias cuya función es proteger el intestino y por esa vía, fortalecer el sistema inmune, entre otras características. Se ha visto que microbiotas “desreguladas” pueden ser la causa de algunas enfermedades intestinales, inmunológicas, tienen relación con la obesidad, entre otras.
Desconozco si aún hay evidencia directa de la microbiota y el COVID-19 en particular, pero sí se sabe que una microbiota saludable puede ser protectora en términos generales.
Algunas noticias señalan que un índice bajo de Vitamina D podría ser riesgoso para personas contagiadas ¿Qué opinas al respecto?
– Así es. Se cree que una de las razones por las cuales en el hemisferio norte el virus pegó tan fuerte es porque durante el invierno hay menos exposición al sol y los niveles de vitamina D tienden a bajar. Esta vitamina tiene un receptor en el núcleo celular, entre ellas en las células blancas, que son las que nos defienden de las infecciones de todo tipo. Por eso se aconseja mantener niveles dentro de rangos normales.
En Chile, tenemos una gran prevalencia de déficit de vitamina D, por lo que se ha convertido en una práctica casi de rutina el medir los niveles en sangre y suplementar.
¡Cómo olvidar los colores y sabores de las famosas vitamina C! Recuerdo que al acercarse el invierno cuando era niña siempre me daban… ¿Debemos aumentar la ingesta de alimentos ricos en esta vitamina?
– ¡Sí! La naturaleza es sabia, por eso en invierno hay más disponibilidad de naranjas, pomelos, limones, kiwi, que son ricos en esta vitamina. Con una porción de alguna de esas frutas diariamente tenemos la cantidad de vitamina C necesaria.
En este mismo sentido ¿Recomiendas la ingesta de vitaminas, minerales y suplementos?
– Solo a pacientes con ciertas condiciones.
Ejemplo: pacientes operados de cirugía Bariátrica, o alguna cirugía gastrointestinal que provoque mal absorción, pacientes con síndromes malabsortivos (enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal). Personas veganas o con dietas restringidas por algún motivo, y en embarazadas.
Hay que tener ojo con automedicarse con suplementos vitamínicos. Pueden tener efectos adversos también, pues hay vitaminas que se depositan en algunos órganos, y es raro, pero podría existir la toxicidad por exceso.