Encuentros destinados a compartir experiencias en el ámbito de ayuda social y el desarrollo de una herramienta para el monitoreo práctico – en tiempo real – y así sistematizar la situación de la comunidad judía vulnerable. Esto forma parte de las acciones que hoy se materializan luego de las recomendaciones surgidas del estudio desarrollado por el equipo ACE.
El modelo ACE en el ámbito de la Vulnerabilidad Social, se constituye como una herramienta fundamental que permite construir estrategias y planes acción en los más diversos ámbitos de interés comunitario y promover recomendaciones que impacten y fortalezcan la red comunitaria.
“Hace un año creamos el ACE (Análisis Comunitario Estratégico) para explorar y abordar la Vulnerabilidad Social (VS) en nuestra comunidad a partir de las voces de los líderes de las principales instituciones comunitarias. Con el acompañamiento profesional del Joint (JDC), la primera etapa del trabajo se materializó en un estudio que fue presentado en marzo, y que constituye una pieza de gran importancia dado que nos ayuda a comprender, cuantitativa y cualitativamente, el tipo de riesgo social a la que pueden estar expuestos miembros de la comunidad en el presente y futuro”, señala Jackie Rosenberg Vicepresidenta de la Comunidad Judía de Chile.
Daniel Yoffe, Consultor Senior del JDC, agrega “conocer cómo se traducen las complejidades sociales, tanto a nivel de las familias como de las organizaciones resulta un material valioso para orientar el planeamiento comunitario y la toma de decisiones. De esta manera se contribuye a que se puedan racionalizar esfuerzos y recursos y también desarrollar o fortalecer las herramientas necesarias para dar respuesta a las necesidades emergentes. La apuesta del modelo ACE, intenta constituirse como un faro que oriente acciones de cara al futuro.
El tema de la vulnerabilidad social se ha visto acrecentado y se visualiza como una nueva realidad.
Es en este sentido que en abril se inicia la segunda etapa del ACE cuyo principal objetivo ha sido implementar recomendaciones del estudio, que nos permiten orientar el quehacer comunitario hacia el futuro.
La primera recomendación fue fortalecer la red de asistencia comunitaria existente, propiciando la adquisición de nuevos conocimientos y la mejor articulación de las prácticas. Como primera iniciativa, se desarrolló un espacio denominado Comunidad de Aprendizaje: “Compartiendo Buenas Prácticas”, que se presentó como una instancia para promover el aprendizaje, tanto desde lo individual como lo organizacional y compartir e intercambiar experiencias concretas en el ámbito de la ayuda social.
El primer ciclo incluyó tres encuentros y se contó con la asistencia de más de 60 miembros de diferentes instituciones y comunidades. En la primera sesión, los asistentes pudieron conocer en mayor profundidad el trabajo de Reshet, su alcance y desafíos de cara al futuro.
En la segunda sesión, se conoció y profundizó el modelo de trabajo y articulación del Instituto Hebreo y FOBEJU para el otorgamiento de becas para sus alumnos, así como el trabajo colaborativo con otras instituciones comunitarias.
En el tercer y último encuentro, la directora del Dpto. de programas sociales de AMIA y la coordinadora del servicio social de AMIA, compartieron sus conocimientos, experiencias y aprendizajes en el ámbito de la vulnerabilidad social.
MONITOREO EN ACCIÓN
Jessica Korenblum, Coordinadora de los Programas Sociales del Joint para América Latina, comenta en estos tiempos, el sentimiento de vulnerabilidad se percibe como algo común, pero la fragilidad se materializa de formas tan diversas que requiere una atención especial y la adopción de una perspectiva de co-responsabilidad en el accionar comunitario-institucional. Desde esta perspectiva, el trabajo colaborativo desarrollado por la Comunidad Judía de Chile (CJCH) con la red de instituciones comunitarias de Chile, es un ejemplo de responsabilidad para las comunidades judías de la región”.
Hoy, se trabaja en la segunda recomendación del estudio que apunta al desarrollo de un monitoreo práctico, que permita generar una línea de base y contribuya a la comprensión de cómo se encuentra, en términos sociales, la comunidad judía que participa de las instituciones relevadas. La iniciativa, que tiene por objetivo repetirse cada semestre, es articulada por Reshet y apunta a contar con la colaboración de todas las instituciones que participaron de la primera etapa.
“Se hizo evidente la importancia de contar con un dato contundente que convalida la importancia de contar con un dispositivo transversal que pueda anticipar y captar problemáticas en tiempo real y generar indicadores y orientaciones para quienes desarrollan estrategias de intervención”, señala Gaby Feldman, Directora Ejecutiva de Reshet.
Jackie Rosenberg, agrega “a la fecha, nos encontramos recibiendo la información reportada por las instituciones y procesándola, para que luego del análisis, se puedan desarrollar estrategias que permitan seguir construyendo una mirada actualizada, amplia y colaborativa con el fin de entender la situación social comunitaria”.