

Agradable y transparente; así se mostró Cristobal Lira, Alcalde de Lo Barnechea, para conversar con Revista Shalom de temas relevantes a nivel país: las elecciones por el plebiscito nacional, su gestión en la Comuna de Lo Barnechea en la que es vecino desde hace más de 20 años, su trabajo en conjunto con la Comunidad Judía de Chile, y cómo ve el Chile que se viene, entre otros temas importantes.
También nos dejó un esperanzador mensaje en relación al trabajo que viene realizan, el que espera poder continuar para seguir potenciando la comuna a la que tanto cariño le tiene y por la que trabaja incansablemente escuchando los aportes y opiniones de todos los vecinos en primera persona.
¿Cómo ve el resultado del plebiscito considerando que Lo Barnechea fue una de las pocas comunas en donde se impuso el rechazo?
– El resultado del Plebiscito deja claro que en Chile se instaló la necesidad de cambiar la Constitución actual, porque es un factor de división. Creo que el proceso más relevante es el que viene ahora, el de elegir a los constituyentes y que ellos trabajen en forma independiente, que puedan actuar libremente y no bajo presiones de la violencia, ni manifestaciones de la calle.
Ud. en 2015 se integró a la gestión municipal, pero creció en la comuna y la conoce en profundidad: ¿Cómo ha cambiado Lo Barnechea desde aquellos recuerdos?
– Vivo en la comuna hace 30 años y el 2016 me integré como concejal. Lo Barnechea ha tenido un crecimiento explosivo durante este tiempo, en viviendas, comercio, oficinas y especialmente en sus habitantes, llegando a 125 mil. Cuando llegué a vivir a la comuna había muchos campos con siembras y caballos. Sin duda, vamos a seguir creciendo, pero lo importante es cómo queremos hacerlo. Hoy estamos trabajando en la actualización de nuestro Plan Regulador y el desafío que tenemos es que el crecimiento sea moderado y podamos controlarlo, bajar las densidades y la altura, para que en los próximos 10 años podamos ser una comuna de 140 mil habitantes que mantenga las características de una comuna de montaña con sus tradiciones.
Siempre ha habido un gran trabajo conjunto entre la comuna y la Comunidad Judía Chile donde hay varias sinagogas y una gran población judía… ¿Cómo describiría esta labor compartida y el camino recorrido hasta hoy?
La Comunidad Judía ha tenido una sensibilidad muy especial por los sectores más vulnerables de la comuna y es así como la hemos visto trabajar en muchos proyectos donde han apoyado a las familias que más lo necesitan.
– Además, la comunidad ha tenido un fuerte desarrollo en la comuna, impulsando la creación de colegios, sinagogas e incluso un museo, que han contribuido para que también otros vecinos de Lo Barnechea puedan conocer su historia y el trabajo en nuestra comuna. Han sido un gran aporte en el ámbito económico y social para la comuna y también en lo cultural, por lo cual estamos muy agradecidos.
Recientemente han tenido una reunión con las autoridades de la Comunidad Judía de Chile (CJCh), ¿Cómo les ha ido? ¿Cree que es importante mantener este vínculo de forma permanente?
Tuvimos una muy Buena reunión con las autoridades de la Comunidad Judía de Chile, revisamos cuales serían las áreas de posible trabajo en conjunto.
Es muy interesante lo que podríamos hacer en materia de educación, en prevención de consumo de alcohol y drogas en los jóvenes. Como la embajadora de Israel es vecina, hablamos de explorar buenas prácticas e iniciativas de alcaldes de Israel en materias de seguridad y manejo de la pandemia, para lo cual nos gustaría desarrollar un convenio de colaboración entre Lo Barnechea y alguna comuna de Israel, con quienes podamos compartir intereses y preocupaciones en común.
Ha sido vecino de la comuna por más de 20 años, lo que hace que tenga muy claro las necesidades de Lo Barnechea. ¿Cuáles son los temas que están en agenda para los próximos meses?
– En Lo Barnechea tenemos fuertes desafíos, porque en esta comuna conviven dos mundos muy distintos. En uno hay muchas necesidades por eso nuestra agenda social tiene prioridad. Tenemos que dar una solución de vivienda a los más de 2.500 allegados; entregarles una mejor salud y mejorar en educación, para nivelar la cancha y entregar oportunidades a los jóvenes.
Otro gran desafío es controlar el desarrollo de la comuna y proteger el medioambiente y por eso estamos actualizando el plan regulador. Lo Barnechea se caracteriza por ser una comuna privilegiada por su entorno natural, tenemos alrededor de 700 humedales, glaciares, flora y fauna nativa; el 95% de nuestro territorio es área de preservación ecológica y lo tenemos que proteger. Por eso, estamos trabajando para que todos los proyectos sobre la cota mil o en zona de preservación ecológica deban someterse a un estudio de impacto ambiental, de modo de asegurar la protección del medioambiente.
Por otro lado, la seguridad de nuestros vecinos es uno de nuestros desafíos permanentes. Hemos invertido en herramientas tecnológicas y de innovación que nos permitan monitorear de mejor manera las calles de la comuna, contamos con 6 globos de televigilancia, pórticos lectores de patentes en todos los accesos de la comuna, más de 200 cámaras, drones, etc. y estamos constantemente revisando en conjunto con las policías, las mejores formas de coordinación, estrategias y novedades que podríamos incorporar para potenciar el trabajo de seguridad.
Ud. ha dicho que en vivienda, salud y educación hay una gran brecha entre los habitantes de la comuna. ¿Cómo se puede emparejar la cancha entre quienes componen uno de los grupos más acomodados y quienes viven en situación de vulnerabilidad?
– Sin duda tenemos una comuna de contrastes, pero como municipalidad hemos intentado poner todo lo que tenemos a disposición para ofrecer mayores oportunidades a quienes más lo necesitan.
En educación, claramente los colegios particulares tienen una diferencia de los colegios públicos y por lo mismo hablamos con los colegios privados para pedirles ayuda. Nos hemos reunido con sus directores para buscar fórmulas que permitan subir el nivel de los colegios municipales, ya sea apadrinando colegios, creando una materia de responsabilidad social, capacitando a profesores, etc. Si bien el colegio Lo Barnechea en octubre fue nombrado colegio Bicentenario, aún queda mucho trabajo por hacer. También tenemos que preocuparnos por la educación primaria, porque es fundamental en los primeros años de los niños.
En salud estamos aprovechando la infraestructura vacante que existe en el mundo privado, haciendo convenios con clínicas para disminuir las listas de espera que teníamos en la comuna. Estamos logrando que personas que no tenían acceso ni recursos para una operación, puedan hacerlo y mejorar su calidad de vida.
Además, hemos utilizado la tecnología en beneficio de los vecinos, agregamos el servicio de urgencia médica a través del 1405 y la app So Safe, lanzamos la app “Mi Hc” para los pacientes del Centro de Salud Familiar (CESFAM) y tenemos una Clínica móvil con boxes de atención para acercar las atenciones de salud a los vecinos que más lo necesitan.
En el caso de las viviendas, en el desarrollo del plan regulador debemos contemplar algunas áreas para desarrollo de viviendas sociales, la comuna tiene que ser capaz de desarrollar del orden de 3 mil viviendas sociales en los próximos 4 años y de esa forma, disminuir el problema de los allegados en nuestra comuna.
Los sectores más acomodados deberían tener una mayor sensibilidad con los sectores más necesitados, por eso, estamos desarrollando un programa de apadrinamiento de una familia del sector acomodado a una familia del sector vulnerable.
Comenzamos hace unos meses y la experiencia ha sido extraordinaria para ambas familias, se ha generado un vínculo permanente lo cual es muy enriquecedor para ambas familias. En la medida que los vecinos tengan la sensibilidad de querer conocerse e integrar los dos mundos, va a disminuir la brecha.
Ud. fue Subsecretario de Prevención del delito. ¿Cómo ve a Chile en esta materia hoy en día?
– Veo una gran preocupación especialmente en el tema de orden público, se ha generado una campaña de desprestigio hacia nuestras policías, lo cual ha provocado un quiebre en la institucionalidad, lo que hace muy difícil el control, el orden público y gobernar.
Asimismo, existe otra gran amenaza para nuestro país: las drogas. Compartimos fronteras con grandes productores de cocaína y tenemos cifras altísimas en el consumo de marihuana a nivel escolar, por lo que, si no existe una policía fuerte que pueda controlar el narcotráfico, que pueda realizar un estricto control fronterizo, tendremos la amenaza de nuestro país se transforme en un gran consumidor de drogas. Exponiendo principalmente a los más jóvenes a que sean captados por estos grupos y amenazas, dificultando el control.
¿Cómo sueña el Chile que se viene?
– Lo principal es un país donde nos respetemos todos, eso significa que nos preocupemos y valoremos a nuestros adultos mayores y les demos más oportunidades.
Un Chile unido, sin discriminación; un país con educación de calidad para todos, para que todos tengan oportunidades. Me gustaría que ese corazón de chileno que sale con fuerza en la adversidad, sea permanente para ayudar a los que más lo necesitan, donde podamos convivir todos unidos.
Un ping pong rápido para conocerlo mejor
Un libro para recomendar: Me encantan los libros de navegación, me gusta mucho Endurance. La Prisión Blanca” donde Shackleton, el protagonista se ve enfrentado al hielo blanco y con un grupo de jóvenes marineros se sube a un bote salvavidas y navega 900 millas hasta llegar a una isla. Realmente una hazaña, resistiendo el frio, la nieve, las olas y el viento. Un libro muy bonito.
Un político que lo inspira: Winston Churchill.
Un valor humano fundamental en la política: La honestidad y ser consecuente con los principios y valores que guían tu agenda de trabajo.
El mayor aprendizaje que nos dejó la pandemia: La vida de familia, la pandemia nos dio una gran oportunidad de hacer una vida en familia más profunda y aprender a valorarla aún más.
Un momento de su carrera que lo marcó y lo define: Una de las cosas que más me impactó fue estar a cargo del comité de emergencia en el terremoto del 2010, ahí vi demasiado sufrimiento. Realmente me dio vuelta la vida y desde ahí no he soltado el mundo público. Además, pude darme cuenta de la oportunidad que uno tiene en el servicio público para cambiar la vida de las personas.