Actualidad, CJCH

“Considero que existe muchísima participación juvenil en nuestra comunidad”

Vinculada desde pequeña con la vida comunitaria, hoy con solo 26 años, Yael Flores Oksenberg, se encuentra liderando el gran desafío de la Dirección de Juventud de la CJCh. 

Líder innata, responsable, comprometida, cálida y proactiva, son algunas de las cualidades de Yael, que la convierten en la mujer idónea para representar a todos los jóvenes de nuestra Comunidad. 

Egresada de Psicología en la Universidad Católica, con un Diplomado en Psicoanálisis y Discurso Social, ha dejado su huella en diversas instituciones comunitarias. “Además de estudiar en el Instituto Hebreo, participé desde los 3 años en la Tnuá y en las ramas deportivas del Estadio Israelita, lo que sin duda marcó mis intereses, gustos y amistades. Posterior a mi salida de Maccabi, empecé a participar de la Federación de Estudiantes y Jóvenes Judíos (FEJJ), ocupando el cargo de Directora de Educación en 2018, y de Presidenta en 2019”, nos cuenta. 

Conversamos con Yael, quien nos cuenta sobre este nuevo desafío y su mirada frente a la juventud judía de Chile.

Con solo 26 años asumiste el cargo de Directora de Juventud de la CJCh. ¡Cuéntanos sobre tu trayectoria para llegar a obtener este cargo!

Es difícil pensar en una trayectoria que me haya llevado hasta este cargo, porque la verdad es que está lejos de ser algo planificado! Creo que en cada momento de mi vida me vinculé con las instituciones y lugares que me hacían sentido para esa etapa vital. En Maccabi me tocó ser Madrijá, Rosh Shijvá y después estar en la Mifkadá. Podría pensarse que eso me ayudó a aprender a trabajar en equipo y liderar grupos. Después, al entrar a la Fejj, aprendí mucho más sobre la institucionalidad comunitaria y las formas de funcionar sobre todo internamente. En 2019 cuando fui presidenta, sin duda fue mi año de mayor crecimiento y compromiso. Además, ese año en octubre fue el estallido social, por lo que los desafíos y prioridades cambiaron rotundamente y terminó siendo un periodo muy interesante para explorar los intereses políticos y abrir espacios de reflexión y discusión al interior de la comunidad, en nuestro caso, en las edades jóvenes. Esto despertó aún más mi interés por participar y promover estas instancias en la comunidad. En esos años, por las responsabilidades del cargo, tuve que relacionarme mucho con la directiva de la CJCH, para coordinar acciones, para discutir propuestas y mantener entonces un diálogo constante a lo largo del año. 

El año pasado, cuando Daniel Hasson estaba en el cargo de Director de Juventud, me invitó a participar de un grupo de jóvenes que empezaría a trabajar con la CJCh. Se dio el espacio para hacer sugerencias y propuestas, aportando con la visión de los jóvenes. Ahí entonces volví a vincularme con la CJCH, y a fines de ese año se me invitó a participar del Directorio que se estaba formando para este periodo. Ha sido un lindo recorrido en el que he compartido y aprendido de muchas personas.
También participé el año pasado en 3G, estuve antes en Cadena, y así en varias instituciones comunitarias que me han ayudado a formarme. 

¿Qué significa para ti esta oportunidad? 

Personalmente es un honor tener la posibilidad de participar de espacios que tradicionalmente estuvieron ocupados por gente mayor que yo, y que además hace algunos años, en su mayoría se conformaba por hombres. En este sentido, tener la oportunidad de participar de un Directorio que es paritario, que por primera vez tiene una Presidenta y Directora Ejecutiva mujer, que incorpora jóvenes y que además tiene intenciones y un interés genuino de adaptarse a las exigencias y necesidades actuales, es un tremendo privilegio. 

 

Me siento muy agradecida y entusiasmada por esto mismo, y por el gran equipo que se formó.

 
¿En qué consiste este cargo? ¿Cuáles son tus objetivos para este desafío? 

El cargo tiene como uno de sus principales objetivos, ser un link entre la directiva comunitaria (que representa el Directorio) y la diversidad de instituciones de juventud que existen al interior de la comunidad, desde las Tnuot, los grupos de liderazgo, los espacios de participación religiosa, grupos de encuentro social, etc. En este sentido, el desafío está en poder articular y mejorar la comunicación entre las instituciones de la juventud ya existentes, que muchas veces no tienen contacto entre sí, y que pensamos podrían beneficiarse mucho de este intercambio y trabajo colaborativo en lugar de competir.

Por otra parte, el tener una persona encargada de juventud al interior del Directorio, permite acoger los intereses y necesidades de la gente joven, ya sea a nivel educativo, de ayuda social, político, o de cualquier otra índole. Así, poder incluir estas visiones en la discusión sobre los distintos proyectos y dilemas del directorio, pienso que sin duda enriquece el debate.

¿Cómo es el día a día de tu cargo como Directora de Juventud?

El día a día pienso que está muy lejos de ser una rutina. La verdad es que hay semanas que están muy cargadas de actividades, y en lo que va del año esa ha sido la tónica, pero cada actividad y reunión es distinta, lo que hace que en definitiva no quede tiempo para aburrirse o volverse monótono. Estamos todavía partiendo el periodo, y eso ha significado que tengamos muchas reuniones para conocernos con las diferentes instituciones, y que estemos todavía en proceso de iniciar y planificar proyectos. 

Mi rutina entonces, consiste en partir cada semana organizando un horario para tratar de cumplir con todos los compromisos que se vienen para los próximos días, y buscar espacios para cada proyecto en la agenda. Ha sido muy interesante y lo entretenido es que cada semana es distinta y se conoce siempre algo nuevo. Lo que sí es constante y se produce en el día a día, es el diálogo permanente con las distintas instituciones de la juventud, como puede ser Derej (institución que agrupa a las diferentes Tnuot de Chile) o la FEJJ, entre otras. 


¿En qué proyectos están trabajando desde la CJCh con otras instituciones juveniles? 

En relación con lo que mencionaba anteriormente, el desafío de articular las instituciones de juventud es algo que se pretende lograr este año, lo que esperamos se concrete en una “Mesa de Juventud” en que se puedan encontrar y dialogar los distintos grupos que existen. Por otra parte, un proyecto específico tiene que ver con potenciar a la FEJJ y acompañarlos todo lo necesario para que puedan desempeñar su labor de la mejor manera posible, manteniendo un contacto permanente, y siendo desde el Directorio un soporte constante.

A su vez, un proyecto que convoca al Directorio en su conjunto es el que tiene por nombre “Comunidad Judía para Chile”. Este tiene por objetivo, por una parte, visibilizar el aporte que hace la comunidad judía al país en distintos ámbitos, y por otra, que los miembros de la comunidad desarrollen un vínculo auténtico con comunidades nacionales a través de iniciativas de desarrollo local. Para esto, se están formando grupos de profesionales de diferentes áreas, que trabajarán agrupados por estos dos objetivos. Específicamente en cuanto a la juventud, la idea es poder participar en estos grupos, principalmente en el trabajo en terreno con las comunidades nacionales. Asimismo, al participar de estos grupos, los estudiantes o jóvenes recién titulados pueden tener la oportunidad de vincularse y conocer a personas mayores de la comunidad que ejerzan su misma disciplina, lo que sin duda resultará en un intercambio muy interesante y provechoso para todos.

Por último, estamos trabajando también con proyectos que buscan potenciar la formación de líderes comunitarios en distintas áreas y fomentando espacios que puedan acoger a jóvenes interesados que tienen edades en las que hoy no está tan claro cuál es el espacio en el que pueden participar comunitariamente.

¿Cómo describirías la participación juvenil comunitaria? 

En primer lugar me gustaría señalar que…

 

considero que existe muchísima participación juvenil en nuestra comunidad

 

Cuando me tocó hacer viajes por la FEJJ, las demás federaciones siempre se impresionaban por la cantidad y por la diversidad de instituciones que existían en relación a la juventud en Chile, y por la alta participación que cada una de ella tenía para los distintos intereses. Esto es algo que no se produce de la misma manera en otros países y que nosotros a veces no nos damos cuenta de lo bien que funciona acá. Las tnuot tienen una altísima participación, los espacios ofrecidos por las distintas sinagogas también, hay espacios de formación de liderazgo interno, de ayuda social, muchísimo más alta que en otros países de la región.

No obstante, considero que el desafío aún pendiente existe en relación a la participación política y a un activismo más orientado a lo externo, ligado a espacios de participación que tengan que ver con temáticas que refieran a la sociedad chilena, esto es algo que podría fomentarse mucho más.


Junto con la FEJJ trabajaron arduamente para eliminar el BDS de la votación en el Congreso de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. ¿Podrías contarnos acerca de este gran paso? 

Sí, la votación a la que se hace referencia es la que se desarrolló al interior del Congreso FECH, que tenía por objetivo redactar una propuesta de nuevos estatutos para la FECH, que es la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. En este contexto, se propuso un inciso que señalaba que la federación sería un “espacio libre de apartheid israelí”, que adhería al movimiento BDS y que en consecuencia “no mantendrá relaciones con el Estado de Israel ni con entidades que colaboren con el Apartheid Israelí”, agregaban además, que lo anterior incluía “cualquier entidad sionista y las universidades israelíes, entre otras”.

Frente a esto, procedimos a coordinarnos con la FEJJ, que realizó un tremendo trabajo político comunicándose con la mayor cantidad de personas miembros del Congreso que tenían derecho a voto en este espacio. A ellos se les hizo llegar un comunicado que expresaba las aprehensiones que teníamos respecto de la propuesta, y los riesgos que veíamos de aprobarse. En este sentido, se buscó comunicar que nos alarmaba la poca información que existía respecto de las consecuencias que la votación podía tener para la universidad, que coartaba la libre circulación del conocimiento y la cultura al prohibir a académicos, artistas o a cualquier persona el participar de distintas instancias de su área por el solo hecho de ser de una determinada nacionalidad, y aclaramos también lo que nosotros entendemos por sionismo, esto es, la defensa del derecho de Israel a existir como Estado. Finalmente, el comunicado señalaba que se consideraba que la propuesta tenía como consecuencia inevitable, alejarnos aún más de la paz y el entendimiento, por lo que se hacía un llamado a promover iniciativas que fomenten el diálogo, la discusión crítica y el respeto entre estudiantes y miembros de la universidad.

Posterior a este trabajo de la FEJJ que tuvo que realizarse en tiempo récord, se logró que los miembros del congreso rechazaran la propuesta, y que por lo tanto no se incorporara el inciso descrito en los estatutos de la FECH.

¿Qué repercusión de manera específica tiene para los jóvenes universitarios judíos? 

Si bien lo más probable es que la votación no iba a ser realmente vinculante para la universidad en su conjunto, sí expresaba la decisión que los estudiantes tomaban respecto de lo que querían fuese la posición del estudiantado frente a esta temática. De esta forma, no solo para los jóvenes judíos, sino para todos los estudiantes de la universidad, implicaría la privación de la posibilidad de acceder a un intercambio y a mantener un diálogo de cualquier índole con cualquier entidad que defienda el derecho de Israel a existir como país.

Así, el haberse rechazado el inciso es coherente con el considerar la universidad como un espacio de reflexión y de convergencia de los distintos componentes ideológicos y de origen que existen en el estudiantado. Se rechazó entonces, la censura y la deslegitimación que se buscaba proponer. 

Consideramos sin duda que esto fue un gran logro y que constituye un antecedente muy importante para el espacio universitario.


¿Qué lugar tiene el judaísmo en tu vida? ¿E Israel?

El judaísmo es sin duda un aspecto fundamental de mi identidad, entendiéndolo como sistema de creencias, como un conjunto de tradiciones, como la pertenencia a un pueblo, como marco teórico en la forma de aproximarme al mundo y sobre todo, como forma de presentarme en sociedad. Mis padres decidieron que naciera en una familia judía, y es así como yo me defino también. Como judía entonces, me siento indudablemente relacionada al único país judío en el mundo que es Israel. Por otra parte, las tres hermanas de mi abuela materna hicieron aliá hace más de 40 años, por lo que gran parte de mi familia está allá y tenemos con ellos una permanente relación. El abuelo de mi pareja también es Israelí y mis suegros vivieron por varios años allá también. Me ha tocado viajar muchas veces a Israel, la conexión está por todos lados.

¿Cómo te gustaría ver a la juventud de hoy en 10 años más?

En realidad, no pienso que exista algo como “la juventud judía”, sino juventudes diversas, o gente que se siente joven (y eso puede ser hasta mucha edad hoy en día). Para estos grupos, me gustaría que muchas cosas continúen como existen hoy y como han sido por muchos años, que siga habiendo activismo y participación como ha sido siempre. Pero por otra parte, me gustaría también ver que aquellos jóvenes que hoy no participan de la institucionalidad puedan encontrar un espacio que les haga sentido y que les permita vincularse con su judaísmo y con la comunidad, encontrando entonces su pertenencia desde ahí. Me gustaría que la comunidad pudiera abrir espacios sobre todo para esos jóvenes, eso sería sin duda un logro de aquí a 10 años más. Y en las universidades, me encantaría que los estudiantes judíos dejaran de sufrir las consecuencias de la intolerancia y que muchos de ellos tomaran parte activa para construir oportunidades de encuentro y entendimiento entre estudiantes de todo origen. Para eso, es fundamental la participación política. Ojalá que en 10 años más hayan muchos jóvenes judíos que participen de la política nacional.

 


¿Qué legado te gustaría dejar en la comunidad?

Creo que sería demasiado pretencioso y atrevido hablar de legado, me siento muy lejana a pensar algo así. Sin embargo, sí me interesa aportar desde los distintos espacios en los que he tenido la posibilidad de participar, como hoy en día es el Directorio de la CJCH, para contribuir desde cada uno de ellos a la construcción de una comunidad más inclusiva, más amable y más humana. 

 

Creo que como comunidad, tenemos una historia tanto como judíos como también ciudadanos chilenos, que nos debe volver sensibles y no indiferentes ante la discriminación, la amenaza a la libertad de expresión, y las distintas formas de violencia que aún existen en nuestra sociedad. 

 

De esta forma, cualquier esfuerzo o proyecto que vaya en la línea de trabajar por mantener viva la memoria, reforzando la identidad por medio de acciones que vayan en este sentido, será uno que me convoque sin duda.

Finalmente, me gustaría hacer un llamado a todos los y las jóvenes de la comunidad que tengan interés por participar, a que se acerquen a nosotros. Pueden escribir a contacto@cjch.cl o también al Instagram con todas las dudas o comentarios que tengan. Los espacios existen para los diversos intereses: políticos, educativos, sociales, religiosos, etc. 

¡Las puertas están más que abiertas y estaremos felices de recibir sus aportes en cada uno de ellos, los necesitamos a todos!

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