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Detección temprana de cáncer de mama: “Peor es no saber o saber muy tarde”

¿Sabías que el cáncer de mama es la neoplasia maligna más frecuente y la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en Chile? No solo representa un importante problema de salud a nivel nacional, sino que a nivel comunitario también, ya que las mujeres de origen ashkenazí tienen una mayor incidencia de mutaciones hereditarias.

En Shalom estamos comprometidos con ayudar en la difusión de la prevención de distintas enfermedades que puedan existir a nivel comunitario. En este sentido, conversamos con Michele Marin y Paola Ventura, quienes nos cuentan cómo vivieron esta etapa de sus vidas, con el fin de poder incentivar a más mujeres a cuidarse, y acompañar emocionalmente a otras que tal vez, estén pasando por lo mismo.

“Hay que entender que las enfermedades vienen para trabajarse uno mismo”

Así lo siente Michele Marin, la menor de tres hermanas y nieta de sobrevivientes del Holocausto. Con solo 47 años fue diagnosticada con esta enfermedad, sin tener antecedentes familiares de este tipo de cáncer… solo de cáncer de tiroides.

Ex alumna del Instituto Hebreo, se desempeña como Ingeniero Comercial. Tiene tres hijos que también van al IH y una step-hija de su segundo matrimonio con Rubén Kaufmann. Michele nos cuenta que le gusta leer y hacer yoga, y va al Estadio Israelita desde niña. Participa en la sinagoga de Aish Hatorah y trabaja en una empresa familiar.

¿Cómo te enteraste que estabas con cáncer?

Tenía 47 años. Desde la lactancia de mi tercer hijo tenía un pequeño poroto que me controlaba. De un año a otro creció un poco más y se hizo más grande. Desde ese momento me lo controlaba con ecografías cada 6 meses porque no tenía ningún cambio y aparentaba ser benigno. Me cambié de equipo médico y decidieron biopsiar, y arrojó que era maligno.

¿De qué manera influyó este diagnóstico en tu día a día?

La verdad es que es como un balde de agua fría, es como enfrentarse al borde de un abismo del cual no sabes cuán profundo es.

Sientes miedo a lo desconocido, a que quizás tu vida está terminando y aún tienes mucho por vivir con tus hijos, tu pareja, tu familia.

También sientes rabia de por qué te sucedió a ti, uno se hace mil preguntas. Pero finalmente uno debe escucharse y entender que las enfermedades vienen para trabajarse uno mismo, para hacer cambios y también hacer cambios en el entorno.

¿En qué o a quiénes te aferraste para poder combatirlo?

Sin duda uno necesita mucho del apoyo que da la familia; mi marido, mi mamá, mis hermanas, mis hijos, mis queridas amigas y todos los familiares y cercanos que me apoyaron con mensajes, comida, logística, visitas en general fueron fundamentales. Además de contar con un equipo médico comprometido y dedicado. También uno se aferra mucho a Hashem, leyendo, rezando. Es muy emotivo cuando escuchas cómo los demás organizan cadenas: eso es muy potente porque uno ve lo generosas que pueden ser las personas y saber que estás en los pensamientos de otros, de una manera tan positiva, deseándote buenas vibras y pidiendo por tu recuperación, es muy lindo.

También te entregas un poco a lo que de arriba quieren de ti y sueltas un poco el control de las cosas.

En mi caso es un gran tema el “control”, y te entregas a que lo que tenga que ser será y que no podemos cambiarlo, solo elegir cómo lo vivimos.

¿Pensaste alguna vez que siendo tan joven podrías contraer esta enfermedad?

Nunca lo pensé. Primero no tengo antecedentes en mi familia, por lo que nunca me planteé que yo podía tener cáncer de mama. Pero pasa, nada es cierto. Soy la única de toda la familia que lo ha tenido y también me deja tranquila que no tengo el gen, por lo tanto mi hija no tiene tantas probabilidades de heredarlo.

¿Nos cuentas sobre el stand Palpa en el EIM? ¿Cómo consideras que está este tema a nivel comunitario? ¿Crees que falta información y empoderar a más mujeres a realizarse chequeos preventivos?

La campaña Palpa es producto de una familia increíble, Alvo-Osiac, que ha transformado un momento muy difícil que están viviendo, en un acto de generosidad enorme para crear conciencia de que a todos nos puede pasar y que la detección temprana hace la diferencia. El evento fue tremendo, desde el video que fue impactante para muchas personas, porque no todos saben que vives esto, y que muchas personas alrededor tuyo también lo han vivido.

La convocatoria fue impresionante, más de 600 mujeres retiraron kits de Palpa en el EIM.

Lo que es muy bueno porque muchas mujeres en especial de origen ashkenazi tienen más disposición a tener cáncer de mama.

¿Participas en alguna organización o como voluntaria a nivel personal, para ayudar a otras mujeres en este proceso?

He participado a lo largo de mi vida en muchas organizaciones, Renaissence, Wizo y otras, pero ninguna en relación con lo que me ha tocado vivir. Nos hemos unido bastante con las que participamos en Palpa, algunas ya terminaron sus tratamientos y otras estamos en el proceso. Me encantaría a futuro poder hacer un grupo de apoyo para mujeres de la colonia que están viviendo este proceso porque es muy importante saber que no estás sola y que lo que te pasa, como los tratamientos, reacciones, sentimientos, etc., no es solo a ti que te sucede. Es fundamental escucharlas y que te escuchen, te da más contención. Si alguien quiere contactarme feliz de ayudarla.

En un par de años más ¿Cómo te gustaría recordar esta etapa?

La verdad es que yo creo mucho en que las cosas que nos manda Hashem deben ser tomadas como un regalo, ya que nos traen un beneficio mayor oculto el cual debemos trabajar para entender o que de frentón nos impulsan a avanzar. Me gustaría mirarlo como un momento muy importante en mi vida de gran crecimiento, más que como un momento doloroso, ya que me ayudó a crecer y fortalecer. Quedarme con que de experiencia salga algo positivo para mí y el resto.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir a aquellas mujeres que, tal vez por miedo, posponen sus chequeos?

Es curioso que muchas personas me han comentado que ya pidieron hora al doctor o que ya se hicieron sus controles, es raro porque como que me dan explicaciones. Esta es justamente la idea de las campañas, tomar conciencia que un gran porcentaje de mujeres lo contraerá, tengan o no antecedentes familiares y la detección temprana es la diferencia. Así que no tengan miedo de ir al médico, que peor es no saber o saber muy tarde; sean valientes y rigurosas en los controles, en la vida no podemos controlar todo y que disfruten cada momento con su familia, amigos y colegas.

¡Un chequeo te puede salvar!

Conversamos con el Dr. Ricardo Schwartz, Cirujano Oncólogo de Clínica Las Condes,  especialista en Mastología, Cirugía Oncológica de cabeza, cuello, piel y partes blandas, quien nos explica sobre esta enfermedad y su relación con las mujeres de origen Ashkenazí.

¿Hay alguna manera de prevenir esta enfermedad?

Sí, la hay y es llevar una alimentación balanceada y alta en fibras vegetales, disminuir el consumo de grasas y azúcares, practicar ejercicios físicos diariamente, mantener peso adecuado y estable, evitar el alcohol y cigarrillos. La lactancia materna también puede reducir el riesgo de padecer un cáncer de mama.

¿A qué edad es recomendable comenzar con los chequeos preventivos?

En general el chequeo preventivo se recomienda a los 40 años con mamografía y ecografía mamaria efectuada en un centro acreditado, acompañado de una evaluación clínica especializada, en que la detección precoz aumenta la posibilidad de un tratamiento curativo.

Muy importante es efectuar el autoexamen mamario mensual desde los 20 años, al tercer a quinto día del ciclo menstrual. Pueden ver en YouTube el video:¿Cómo hacerte el autoexamen para prevenir el cáncer de mama? – IDC Las Américas.

Se escucha decir que las mujeres de origen judío tiene mayor predisposición genética a padecerlo ¿Es realmente así?

Efectivamente la población judeo ashkenazí tiene una mayor incidencia de mutaciones hereditarias, ya que fueron por siglos, geográficamente aisladas y persistieron mutaciones genéticas propias a su etnia. Muchas de estas mutaciones fundadoras descritas, se encuentran en los genes de supresión de tumores, dos en los genes supresores de tumores, tales como el BRCA1, el BRCA2 y el PALB2. Estos genes evitan que las células crezcan descontroladas y se transformen en cancerosas. Esta mutación se da en 1 de cada 40 personas judeo-ashkenazí a diferencia de 1 de cada 800 en la población general.

También se deben considerar los antecedentes personales de cáncer de mama, pues el haberlo tenido, presenta más riesgo de un segundo primario, en cualquiera de ellas y en caso de antecedentes familiares, puede ser de origen hereditario.

¿Cuál es la cifra de diagnóstico y de mortalidad por cáncer de mama en Chile?

El cáncer de mama (CM) es la neoplasia maligna más frecuente y es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en Chile, por lo que representa un importante problema de salud en nuestro país.

El año 2019, hubo 1659 muertes por CM en Chile, lo que significa que cada día, 4-5 personas fallecieron por esta enfermedad.

Durante el año 2020 en mujeres entre 25-30 años, se diagnosticaron 5331 casos nuevos de CM, lo que significa que cada 3 horas se pesquisó un caso nuevo.

“Mantener una actitud positiva ayuda mucho a que todo salga bien”

Así lo confiesa Paola, quien a los 30 años fue diagnosticada con cáncer de mama. “Desde hace años que tenía la costumbre de autoexaminarme, y me palpé un bulto duro un día. Como se mantuvo por unas semanas, decidí que debía hacerme una ecografía y así fue como se hizo el diagnóstico”, nos cuenta.

Paola tiene 33 años, está casada y es médico pediatra. Le encanta la música, leer y ver películas. A pesar de tener antecedentes familias de este tipo de cáncer, nunca se imaginó que a su temprana edad podría padecerlo.

¿Cómo recuerdas ese momento?

Mucho miedo. Incertidumbre de lo que se venía y si iba a lograr superarlo. Miedo de cómo me iba a sentir con el tratamiento, perder el pelo, si iba a lograr sanarme. Pero es un miedo inicial hasta saber en qué etapa estaba. Antes de saber la etapa de la enfermedad es miedo

puro, después de saber que no era una etapa avanzada, uno se enfoca en los pasos a seguir del tratamiento y el miedo baja.

¿En qué consistió tu tratamiento?

Pasé por quimioterapia, mastectomía bilateral y quedé con expansiones, luego radioterapia y finalmente reconstrucción mamaria. Sigo con tratamiento hormonal hasta la fecha.

¿Cómo cambió tu vida al enterarte de esta enfermedad?

Tu vida queda en pausa en ese momento. Todos los planes en pausa y lo único que importa en ese momento es la salud y hacerse el tratamiento y sanarse. Las prioridades cambian también por lo mismo. Después de sanarse y seguir con la vida, uno vuelve a preocuparse por cosas menos relevantes, pero uno siempre tiene la perspectiva que siempre puede ser peor el escenario.

Toda situación difícil es mejor vivirla acompañada. ¿Quiénes fueron tus pilares en este proceso?

Mi marido, familia (tanto la mía como la familia de mi marido) y amigos cercanos. Fui muy acompañada. También tenía una prima que estaba pasando por el mismo proceso que yo, nos acompañamos en cada etapa comparando tratamientos y efectos secundarios y complicaciones. Nos dábamos ánimo y celebrábamos superar etapas. Las dos en este momento nos encontramos bien, por suerte.

¿Qué crees que fue lo que te hizo salir adelante?

Estar acompañada me ayudó mucho. Siento que mantener una actitud positiva ayuda mucho también a que todo salga bien.

Y también obvio que hay que seguir todas las indicaciones de los médicos y mantener los controles, etc.

¿Cómo te encuentras ahora y qué tipo de chequeos y revisiones estás realizando? Ahora estoy bien, en control. Me controlo cada 3 meses con mi cirujano y oncólogo. Mantengo tratamiento hormonal que es 1 comprimido diario, a largo plazo. Me hago ecografías 2 veces al año y PET cada 12-18 meses. Aunque en estricto rigor no es 100% necesario hacerse PET frecuentemente.

¿Pensaste alguna vez que siendo tan joven podrías contraer esta enfermedad?

Nunca pensé que tendría una enfermedad así tan joven. En mi familia hay varios antecedentes de cáncer, así que siempre pensé que me podría pasar eventualmente, pero habitualmente era en personas mayores de 50 años, salvo el caso de mi tía que tuvo cáncer de mama. Me había palpado una vez algo en la mama y no había sido nada, esta vez pensé que iba a ser algo así también.

¿Consideras que falta concientizar a las mujeres sobre los chequeos preventivos?

Siento que las personas nunca se imaginan que esto podría ocurrirles y menos tan jóvenes.

De todas maneras es muy importante hacerse la costumbre de los chequeos preventivos y partir jóvenes si hay factores de riesgos o antecedentes familiares.

¿Algún mensaje que te gustaría transmitir a otras mujeres que están enfrentando esta enfermedad?

Da mucho miedo escuchar la palabra cáncer. Pero actualmente no es equivalente a muerte, en muchas ocasiones es tratable y curable.

Importante seguir los pasos, tratar de no adelantarse, ir superando etapas, y tratar de mantenerse rodeado de gente que te mantenga bien de ánimo. Es mala idea ponerse a leer cosas en internet (lo digo por experiencia personal) porque siempre aparecen los extremos malos, es mejor buscar un equipo médico bueno en el que uno confíe (se puede buscar más de 1 opinión si así lo deseas) y seguir sus recomendaciones. Y mucho ánimo, es una etapa mala pero si todo sale bien, no es muy largo el proceso y después uno puede seguir viviendo la vida felizmente.

Agradecemos la sinceridad de nuestras entrevistadas en sus testimonios y esperamos tengan una completa sanación,  al igual que todos nuestros lectores que puedan estar pasando por una situación similar: ¡NO ESTÁN SOLOS!

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