Marianella Kreiman, hija de Susana Wolynski de Kreiman (ZL), una de las 85 víctimas del atentado a la AMIA, criticó con dureza a la embajada de Argentina en Israel (país en el que vive), a la cancillería argentina y a la clase política tras un polémico acto que se realizó para recordar a los muertos de la voladura de la mutual.
“Hace un par de semanas me encuentro con la noticia de que la Cancillería de Argentina, después de 25 años del atentado, decide conmemorar en varias embajadas y así recordar el brutal atentado. Me pareció muy extraño que luego de 25 años se realizara algo así, en forma oficial. Era extraño que fuera en junio y no en julio, y a mitad de la mañana, y que solo fuéramos invitados con menos de una semana de anticipación. Todo muy raro”, comienza la nota.
“El acto comenzaba a las 11 de la mañana. Asistí con mi hija y mi tía, y las dejé en la puerta para yo poder ir a buscar estacionamiento. Cuando llego al segundo piso, al lugar mismo de la ceremonia, me encuentro con que el Acto había concluido. Tan conmemorable acto duro menos de lo que demoré en buscar estacionamiento: fue un acto de 10 minutos, en el cual tomo la palabra el Sr. embajador de Argentina, Mariano Caucino y el Sr. Modi Ephraim, director para América Latina de la Cancillería Israelí, todo seguido de un mini video grotesco de muy mal gusto”, denunció Kreiman.
Ahogada en llanto, Kreiman reveló que en aquel momento se le acercó el embajador Mariano Caucino y le “agradeció por haber participado”. “No lo pude creer, al parecer el nunca entendió nada, porque por una segunda vez me dijo “gracias por participar”.
“Señor Presidente de Argentina, señores ministros, señores embajadores, señores políticos, dirigentes comunitarios: ¡Por favor, basta ya del circo, de palabrería política, de discursos al aire! ¡Dejen ya de una vez de usar nuestra tragedia y de jugar con nuestros sentimientos! ¡Basta ya de utilizar el dolor ajeno para realizar actos que no conducen a nada! ¡Basta!”, concluye.
Carta completa
“25 años: ‘acto cumplido’
Han pasado 25 años del brutal atentado al edificio de la AMIA, acontecido el 18 de julio de 1994. 25 años han pasado y para 85 familias nunca más volvió a ser lo mismo. 25 años han pasado sin justicia, sin responsables. 25 años de discursos, de peleas y culparse unos a otros, y nosotros, tanto los familiares como los sobrevivientes, seguimos exigiendo una explicación.
Hace un par de semanas me encuentro con la noticia de que la Cancillería de Argentina, después de 25 años del atentado, decide conmemorar en varias embajadas y así recordar el brutal atentado. Me pareció muy extraño que luego de 25 años se realizara algo así, en forma oficial. Era extraño que fuera en junio y no en julio, y a mitad de la mañana, y que solo fuéramos invitados con menos de una semana de anticipación. Todo muy raro.
A pesar de todo lo extraño que me parecía, nuevamente intente confiar en el país que vio nacer a mis abuelos y a mis padres, y organicé todos mis quehaceres laborales para poder participar de tal acontecimiento realizado en la Embajada de Argentina en Israel, en Hertzlia Pituaj.
El acto comenzaba a las 11 de la mañana. Asistí con mi hija y mi tía, y las dejé en la puerta para yo poder ir a buscar estacionamiento. Cuando llego al segundo piso, al lugar mismo de la ceremonia, me encuentro con que el Acto había concluido. Tan conmemorable acto duro menos de lo que demore en buscar estacionamiento: fue un acto de 10 minutos, en el cual tomo la palabra el Sr. embajador de Argentina, el Sr. Mariano Caucino y el Sr. Modi Ephraim, director para América Latina de la Cancillería Israelí, todo seguido de un mini video grotesco de muy mal gusto.
Todos los sobrevivientes y familiares que fuimos invitados y que asistimos quedamos conmocionados con lo presenciado. Fue literalmente una falta de respeto. ¿Cual era el objetivo del acto? ¿Hacer un check para informar que el “trámite” ya se había cumplido? ¿Decir a viva voz que la cancillería había organizado actos por el atentado a la Amia? ¿Quedar bien con el World Jewish Congress? Si era solo un hito político, ¿para qué nos invitaron a participar? ¿Para verificar que nuestras heridas siguen abiertas?
Al encontrarme en esa situación…difícil de explicar, la pena, la impotencia y el dolor hicieron en mi recordar una vez más que esa política, ese tipo de protagonismo egocentrismo, ciega.
En ese momento y sin importar quien estuviese, empecé a reclamar y proclamar todo lo que he sentido todos estos años: que falta de respeto, que poca capacidad de empatía, que vergüenza ajena. Me sentí muy pasada a llevar, abusada, ofendida.
Mi hija mayor, quien lleva el nombre de mi madre asesinada, me acompañaba, como siempre. Que duro para ella, una vez más, ver gratuitamente a su mamá descontrolada en llanto, en ‘suelo argentino’.
Y en ese evidente estado de ánimo, y expresando verbalmente en voz alta lo que sentía, se me aproxima el Sr. embajador y, con la responsabilidad de su cargo, la empatía propia de la diplomacia, me dice ‘gracias por haber participado’. Yo seguí hablándole a él directamente. Y yo no lo pude creer, al parecer el nunca entendió nada, porque por una segunda vez me dijo ‘gracias por participar’. Que impotencia. Que dolor y vergüenza sentí hoy.
Señor Presidente de Argentina, señores ministros, señores embajadores, señores políticos, dirigentes comunitarios: ¡Por favor, basta ya del circo, de palabrería política, de discursos al aire! ¡Dejen ya de una vez usar nuestra tragedia y de jugar con nuestros sentimientos! ¡Basta ya de utilizar el dolor ajeno para realizar actos que no conducen a nada! ¡Basta!
Marianella Kreiman
Hija de Susana Wolynski de Kreiman (ZL),
víctima del atentado a la AMIA”
Fuente: Radio Jai. https://www.radiojai.com/rj/noticom.php?cod=12764