El pasado 31 de marzo, fecha de conmemoración del Edicto de Granada donde recordamos el decreto de expulsión de los judíos de España acaecido en el año 1492, fue todo un desafío para nuestra comunidad. Nuevamente quisimos estar, como cada año, no solo para expresar nuestro respeto, sino también para continuar por la vía de educar respecto de lo que esta fecha significa tanto para nosotros, como para los sefaradíes del mundo, y para el pueblo judío en general, ya que fue literalmente, un exilio obligado.
Acostumbrados a recibir en nuestra sede a los embajadores de Israel, España, Marruecos, Turquía y Grecia, entre otros, y ser testigos de una presentación de grandes académicos de la historia, la pandemia nuevamente, no lo permitió. El año 2020, simplemente se suspendió, no nos dio tiempo a nada. Sin embargo, un año después, no podíamos abstraernos. Así, en una producción simple pero muy potente, pudimos recordar a través de los medios digitales, algunos pasajes del decreto, algo que lo cual muchos sabían, pero pocos habían leído o escuchado. Entre ellos:
“Los Reyes Fernando e Isabel, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, León, Aragón y otros dominios de la Corona, al príncipe Juan, los Duques, Marqueses, Condes, ordenes religiosas y sus Maestres, señores de los Castillos, Caballeros y a todos los judíos hombres y mujeres de cualquier edad y a quienquiera esta carta le concierna, salud y gracia para él”.
“Nosotros ordenamos además en este edicto que los Judíos y Judías cualquiera edad que residan en nuestros dominios o territorios que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades al fin de Julio de este año y que no se atrevan a regresar a nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de la manera que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes”.
¿El resultado? Las palabras, por cierto, consistentes y claras, sonaron duras y dolorosas a nuestros oídos. ¡Y cómo no! Si nuestros antepasados se vieron en la necesidad de escoger entre quedarse en la península ibérica renegando a su religión, costumbres y forma de vida o irse definitivamente a otras tierras donde pudiesen, libremente, ser lo que eran.
Por otro lado, en un año tan convulsionado en tantas aristas, quisimos dar también una señal de optimismo porque luego de más de 500 años, tanto España como Portugal, abrieron sus fronteras para recibir a todos los descendientes de aquellas familias, a través de un decreto, otorgándoles la nacionalidad española o portuguesa, en reconocimiento por la enorme injusticia cometida en aquellos años. Como dijo el mismo Rey Felipe de España en el año 2015, y que mostramos en esta presentación, “Cuánto os hemos echado de menos.”
El video, porque eso es, muestra el Edicto; lee algunos pasajes con una música de fondo que cautiva e incorpora interesantes intervenciones y saludos enviados, entre otros, por nuestro presidente Abraham Cohen, por Alberto Levy, miembro del Ejecutivo de la Federación Sefaradí Latinoamericana -FESELA-, quien siempre nos enseña algo; por Miguel de Lucas Director del Centro Sefarad de España, por Jorge Fuentes, socio de nuestra Comunidad y colaborador del Centro Sefarad de España y por Daniel Abaud, gran amigo y socio, quien dio un emotivo cierre a esta edición.
Destacamos y agradecemos, además, las palabras entregadas para la ocasión de la embajadora de Israel en Chile, Marina Rosenberg, las que pueden ver directamente, en nuestro canal de YouTube.
Solo queda mencionar el origen del nombre de este artículo “Edicto de Granada: A Otro nivel”. ¿Por qué? Simple. Porque las redes, la tecnología y todo lo que ello conlleva, nos ha permitido efectivamente, estar a otro nivel con esta Conmemoración. Literalmente, “estamos en las nubes” con más de mil visitas en Youtube y en Facebook y, si por algún motivo no la viste, te invitamos a hacerlo aquí:
https://www.facebook.com/1428103750752904/videos/441524146939980