Es ahí donde Yamim Noraim nos debe llevar a pensar cómo podemos contribuir a mejorar el mundo, qué podemos hacer para combatir el antisemitismo, cómo podemos aportar a mitigar el cambio climático y cómo debemos cuidarnos para combatir la pandemia.
Pero no es sólo eso. Creo necesario meditar acerca de nuestra capacidad de resiliencia, y de qué manera podemos influir para generar esperanza en todos aquellos que nos rodean sean hijos, padres, hermanos, amigos o cualquiera que necesite sentir que amamos al prójimo.
Las más de las veces las dificultades nos hacen ser más fuertes, y a veces, se abren inesperadas oportunidades, producto de los cambios, los que, a pesar de ser negativos, encierran enseñanzas que nos permiten no sólo sobrellevar las adversidades, sino que aumentar nuestro sentimiento de que la vida vale la pena vivirla.
No puedo finalizar sin desear a todas las instituciones y comunidades judías a sus miembros, socios, directores y presidentes, a todos los que colaboran con la revista ya sea como socios o avisadores y a todo el maravilloso equipo que hace posible esta querida revista Shalom, un SHANÁ TOVÁ UMETUKÁ.
Leopoldo Drexler
Presidente Revista Shalom