BEIT ISRAEL

El arte como fin terapéutico

Verónica Huerta, profesora de arte, nos presenta su taller de pintura, desde una perspectiva terapéutica.

El ser humano, siempre ha tenido la necesidad de expresarse, tanto para comunicarse como para dejar un rastro de su existencia. En este sentido, el arte es un medio amplio de expresión y también de experimentación, como la pintura, la música, el teatro, la danza. Es una necesidad que nos acompaña toda la vida, esto está ligado desde nuestros primeros pasos. Que niño o niña no ha usado como el mejor lienzo, las paredes de su propia casa, sacando muchas veces de las casillas a una madre o padre, al ver  algo discordante la obra pictórica de su hijo, con la estética del resto del hogar. Basado en lo anterior, uno de los grandes potenciales, dentro de varios que tiene el arte, es el terapéutico y por lo tanto, el proceso creativo, dentro de un encuadre adecuado, logra ayudar a mejorar las múltiples falencias cognitivas, motoras, psicológicas, afectivas que nos va dejando nuestro proceso natural de envejecimiento, aunque a veces producto de una condición especial al nacer, una enfermedad, secuelas de un evento traumático en nuestra vida. Nos lleva utilizar el arte como una  efectiva terapia. No podemos olvidar que la creatividad ha existido desde siempre, es una habilidad del ser humano, y por lo tanto, vinculada a su propia naturaleza.

En este sentido BEIT ISRAEL, desde la proyección de su espacio físico e instalaciones le dio un lugar especial, al desarrollo de las artes creando  un confortable taller, cuyo inmejorable diseño, nos provee un espacio  único. Es en dicho espacio, donde se ejecuta las actividades del taller de pintura y manualidades, cuyo objetivo es la creación, planificación y desarrollo de talleres creativos, cuyas actividades manuales y de arte aplicado, permitirán en forma sistemática, direccionada y enfocada hacia el adulto mayor, optimizar su calidad de vida en forma integral. Dicho de esta manera pedagógica, se ve muy frío, pero la realidad es mucho más cálida. Junto a la variedad de los otros talleres impartidos en BEIT ISRAEL, suscrito al departamento de terapia ocupacional, se pretende mantener de la mejor manera posible a nuestros residentes, en forma activa, con un ritmo de vida dinámico.

En cierta ocasión uno de mis alumnos octogenario me respondió, ante la pregunta, ¿Qué le parece su trabajo?… Me dijo lo siguiente: “Tengo la esperanza, que mis hijos vean mi trabajo terminado, valoren mi gran esfuerzo y se sientan orgullosos de su padre”. Es ahí donde el arte, la pintura en este caso, cumple el papel terapéutico en forma integral, traspasa el trabajo creativo en el taller, hacia el bienestar afectivo del residente, es decir su mundo emocional. A través de sus logros se valida antes sus pares y su grupo familiar. Expresado de otra forma; aún YO soy capaz.

El arte es un lenguaje no verbal (la pintura), que está al interior de nuestro pensamiento que se mueve en el mundo de las emociones, es decir nuestro interior, somos capaces de explorar y comunicar este mundo tan propio de cada cual, por medio de esta disciplina. Cada actividad creativa está orientada a cada residente en particular, según sus necesidades y características especiales, tanto cognitivas como físicas-motoras.

En estos años de experiencia en Beit Israel, una residencia muy particular, debido a  su sentido multicultural, donde su generosidad de compartir su milenaria cultura y tradiciones con quienes no somos judíos, nos enriquecen como personas y profesionales.

Basado en lo descrito anteriormente. La cultura y las artes en BEIT ISRAEL tienen un lugar destacado no solo para desarrollarse con un fin terapéutico y tener un espacio físico determinado, sino en el diario vivir. Las expresiones artísticas son valoradas y reconocidas.

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