Hace más de 30 años, la ONU instauró el día 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas Adultas Mayores, y desde eso, el mes de octubre es el mes de las personas mayores, donde en diferentes instancias y organizaciones se celebran a las personas de edad, así como se promueven buenas prácticas y toma de conciencia en torno al envejecimiento.
Para nosotros, en CISROCO, más allá de un mes, las personas mayores ocupan el centro de nuestro quehacer, ofreciendo una residencia, donde queremos que las personas que en ella residan, más que huéspedes sientan de este lugar su casa, entablen relaciones interpersonales, cuiden su salud y fomenten sus habilidades para mantener la autonomía el mayor tiempo posible.
No somos sólo una institución, sino que somos la casa de muchas personas mayores de la colectividad, y en ese marco, queremos que las actividades que desarrollamos, con énfasis en los talleres, ayuden a fomentar las habilidades y la participación social, pero por sobre todo, que los residentes puedan seguir desarrollándose personalmente, en continuidad identitaria y siendo un aporte para otros.
¿Cómo se hace esto? A veces por medio de acciones concretas, que si bien son sencillas, el enfoque es desde esta mirada. En este marco, por ejemplo, a lo largo del año estamos desarrollando un taller de cocina, en el cual más allá de la preparación y las habilidades motoras, cognitivas o sociales que se involucran en la cocina, hemos querido que las participantes sean quienes dirijan en alguna ocasión el taller a sus pares: ellas deciden la receta (la cual tiene como requisito que sea alguna receta importante para ellas, en sus familias, o muy típica) y posteriormente son las encargadas de enseñarla a las demás residentes, de manera que todos vamos aprendiendo de la persona que lidera.
En un siguiente taller, otra persona es quien dirige y así no solo se trabaja el respeto y escucha activa, sino que también, la persona que dirige es capaz de compartir con sus pares algo significativo, un poco de sus tradiciones familiares y del legado que han dejado a sus familias.
En esta línea, también el taller de canto que desarrolla nuestra querida Paulina Collarte no sólo busca que los participantes desarrollen habilidades vinculadas al canto, sino que cada participante prepare una canción significativa, de la cual se hacen cargo y que a lo largo del taller están perfeccionando para interpretar a los demás y familiares. Como vemos, va más allá de lo musical, tiene un sentido en términos de autoestima y seguridad, de identidad, de entrega a otros.
Más allá de las acciones específicas, en las actividades de la residencia, se esconden objetivos que van en la línea de lo psicogerontológico, de abordar directa e indirectamente aspectos como el legado, la autonomía, autoestima, relaciones interpersonales, así como el apoyo mutuo frente a temas del envejecer.
Durante este mes destinado a reflexionar sobre las personas mayores, queremos seguir desarrollando acciones que nos lleven a mejorar nuestros servicios y entrega, para que las personas mayores que residen en CISROCO, así como aquellos que van a ingresar vivan su proceso de envejecimiento con libertad, cuidados, pero de manera activa y positiva.