

Por Alejandro Eisen, Presidente FEJJ.
Estudiante de Ciencias Políticas PUC.
La directiva actual de la FEJJ fuimos electos en el mes de marzo, justo para cuando comenzaba la crisis del COVID-19. Esto hizo que gran parte de nuestros planes cambien y nos tuvimos que adaptar a un mundo virtual que, en principio, sería más complicado en ciertos aspectos. En primera instancia, supimos aprovechar que estaban todos nuestros votantes en casa, para realizar una campaña de votación completamente online, logrando un record de quórum para una elección de directiva, desafío que nos planteamos desde un comienzo, con el objetivo de ser una directiva lo más representativa posible.
Desde el año pasado sabíamos que un foco de trabajo del 2020, y en realidad del primer semestre, iba a ser el tema constitucional porque estaba programada la votación del plebiscito para fines de abril, por lo que debíamos actuar rápidamente para lograr tener, al menos, dos actividades antes del plebiscito, para que nuestros jóvenes pudieran votar informadamente. En ese sentido no nos cambió tanto el programa o las ideas que teníamos planificadas.
El aplazamiento del plebiscito nos vino bien para poder extender un poco más el calendario y realizar más actividades a lo largo de este semestre y el próximo con la calma que requiere conversar sobre política y el futuro de Chile.
La cuarentena ha tenido sus cosas positivas; nos hemos dado cuenta de que, en muchas ocasiones, es más fácil convocar gente cuando, en vez de pedirles que salgan de sus casas para una charla de una hora, solo tienen que conectarse a la hora que nos acomode a todos. En este sentido la gente está “más disponible” en general, pero también tenemos que estar atentos a no sobrecargar las semanas con actividades porque, al fin y al cabo, tanto quienes queremos que atiendan a las actividades como nosotros mismos, estamos frente al computador o el celular todo el día en actividades académicas y/o laborales.
La idea de formar grupos para hacer clases que informen de la Constitución, su posible cambio y de la contingencia nacional era una que teníamos de antes.
En un principio la idea era conseguir, al igual que ahora, un grupo no tan grande de personas y seríamos nosotros quienes ibamos a ir a algún lugar de su comodidad -sea su casa o lugar de reuniones en caso de las tnuot- a hacer la “clase”. En este sentido la crisis sanitaria nos planteó una oportunidad, ya que nadie tendría que moverse de sus casas para atender a la actividad. Sin embargo, fue más difícil de lo que pensamos todo el tema de participación online, no porque la gente no quiera participar opinando en las actividades, sino lo contrario, puede ser difícil manejar los tiempos y que no hablen dos personas en el mismo momento cuando uno no se está viendo cara a cara con los demás, problema al cual todos nos hemos tenido que ir adecuando para que la comunicación en nuestras tele-reuniones sea efectiva.
La idea de las clases es que, si bien nosotros estamos entregando material concreto que parece una “clase”, eventualmente buscamos que se torne en una conversación respecto a lo que estamos hablando y profundizar en el área que tengan más dudas o interés.
Se han generado importantes discusiones en torno a los más variados temas.
Hemos conversado desde si es realmente necesario cambiar la Constitución o si podrían hacerse los cambios vía leyes ordinarias, hasta si es democrática la paridad de género del eventual órgano constituyente. Las clases las realizan dos personas de la directiva, Alan Blanche y Vicente Fleischmann, que estudian Derecho en la Universidad de Chile y se manejan mucho más en el tema y aun así ellos tuvieron que estudiar y repasar la materia para asegurarnos que la información que estamos entregando sea la correcta. En casos de alta demanda, como lo fue con Bet-El -que solicitaron tres clases en una semana- contamos con el apoyo de otros jóvenes estudiantes de derecho, como Fernanda Gabor (PUC), de los cuales conocemos sus capacidades para mantener un buen estándar pedagógico.
Uno de los detalles más importantes de la actividad es que intentamos, de manera muy cuidadosa, entregar la información de forma imparcial, desmarcando claramente nuestras visiones personales, e incluso actuando desde el puesto del “abogado del diablo” en pos de propiciar una sana discusión. Nuestra idea es solamente informar sobre la situación para otorgar una base sobre la cual la juventud judía pueda, eventualmente, atender a otras actividades constitucionales y sacar el mayor provecho posible de estas, así como tomar decisiones informadas el día que corresponda votar si queremos cambiar o mantener la Constitución. Respecto a esto, en un futuro, si llega a ser posible, nos gustaría hacer más actividades presenciales, como debates, presentando las dos posturas de Apruebo y Rechazo, mesas redondas de discusión lo más heterogéneas posibles, y otras varias exposiciones de expertos en el tema.
Otro proyecto, el cual ha tenido variados encuentros con un nivel muy alto de contenido, es Derej, el proyecto educativo liderado por Daniela Jana.
Este proyecto nace en 2017 con el objetivo de formar estudiantes de diversas esquinas de nuestra comunidad con el fin de prepararlos para que, eventualmente, puedan ser parte de la directiva de la Federación. Derej es un ciclo de 12 charlas de variados temas, aunque principalmente del conflicto Palestino-Israelí, y este año se ha intentado conseguir charlistas de las más variadas visiones, entendiendo que nuestra juventud, y a quienes nos enfrentamos en el contexto universitario son personas heterogéneas. Actualmente contamos con 12 estudiantes de diversas carreras y universidades, que han destacado por su intelecto, disposición y compromiso con el proyecto, que han podido presenciar a charlistas del primer nivel como Gabriel Zaliasnik, Daniel Halpern, Daniel Bengio, Pablo Gabe y Yonathan Nowogrodski. El primero nos comentó cómo fue vivir una de las etapas más movidas en cuanto a conflicto palestino-israelí siendo presidente de la Comunidad, contandonos anécdotas de algunos debates.
Con los Rabinos Mike Bengio (Aish HaTorah) y Pablo Gabe (Bnei Israel) tuvimos un debate en torno a los temas que como jóvenes judíos nos interesan, como vida extraterrestre, alcohol y drogas, y matrimonio homosexual.
Yonathan nos entregó su visión como experto en conflicto árabe-israelí, sobretodo abordando cuestiones que estan siempre en el debate público, como cuestionamientos sobre el cumplimiento al Derecho Internacional y la labor que realizan las Organizaciones Por-Palestina. Todas las charlas se han caracterizado por llevar a una discusión sumamente respetuosa y fructífera, lo que esperamos se vea plasmado a fin de año cuando los participantes deban presentar un proyecto que busque beneficiar a la comunidad de alguna forma.
Uno de los últimos sucesos en que nos ha tocado representar a los jóvenes judíos en la vida universitaria pública fue durante la primera semana de junio, en donde la cuenta de Instagram de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) compartió una convocatoria de la Organización de Solidaridad con Palestina (OSP UC) y del movimiento BDS latinoamericano, para que los académicos de dicha institución adhieran a una carta que contemplaba dos compromisos específicos de cortar relaciones con ciertas universidades israelíes (Universidad Hebrea de Jerusalem y el Technion). Para afrontar dicho acontecimiento trabajamos en conjunto con estudiantes de distintas carreras de la PUC y la CJCh, quienes nos ayudaron enviando una carta el rector Sánchez y con la Comunidad Chilena de Israel, quienes nos proporcionaron información sobre el BDS e hicieron el contacto para estar presentes en un Consejo de Representantes de la UC, todos a quienes agradecemos enormemente por hacer nuestra labor más fácil y efectiva.