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Fundación Kalanit: Fomentado el emprendimiento comunitario

Nadie dijo que emprender sería fácil, sin embargo, cuando se transita acompañado por ese largo camino, las dificultades no son barreras sino parte del mismo trayecto. Así es como nace Fundación Kalanit, para apoyar a emprendedores a materializar sus sueños de manera exitosa.

Conversamos con Yonatan Nowogrodski, Director Ejecutivo de Kalanit, quien además cuenta con una larga trayectoria profesional y miembro líder de diferentes instituciones judías a nivel internacional.

Por Daphne Dionizis A.

¿Yonathan en qué consiste Kalanit? ¿Quiénes la conforman?

Fundación Kalanit es una ONG judía chilena que apoya a microempresarios y emprendedores a lograr el autosustento.

Su misión es “dar cumplimiento al precepto de la Tzedaká en su más alto nivel, satisfaciendo la necesidad más básica del ser humano consistente en sentirse valorado y capaz, brindando a todos los integrantes de la Comunidad Judía la posibilidad de experimentar una vida plena, autosuficiente y en comunidad, con el fin de facilitar la continuidad del pueblo judío”.

La fundación está conformada por un directorio compuesto por Tomás Münzer (presidente), su esposa Heidi Gredig (Directora), sus hijos Joaquín y Simón (Tesorero y Director respectivamente) y el abogado David Fischer (Director).

¿Cómo nació la idea de crearla?

Estando en medio del encierro por la pandemia del 2020 y viendo la cantidad de casos de personas que perdían sus fuentes de sustento económico, Tomás Münzer me llamó para que pudiésemos hacer algo con todo lo que estaba pasando. Con Tomás, tenemos una relación de amistad de larga data y hemos realizado muchísimos proyectos juntos, razón por la cual fue fácil conectar entre ambos. Las preguntas esenciales que tuvimos fue a quién apoyar y cómo entregar la ayuda. Así fue que vimos que la mejor manera era crear una fundación que permitiese canalizar rápidamente los esfuerzos.

¿En qué se inspiraron para nombrar la Fundación?

Tanto la fundación como su nombre Kalanit, fueron dedicados en honor a la madre de Tomás, Ilse Grünbaum Rosenthal (Z.L). Era su flor preferida y además es la flor nacional de Israel, lo que refleja plenamente nuestra profunda conexión con el estado judío.

¿Qué programas ofrecen a los emprendedores? ¿Solo pueden participar personas de la Comunidad?

Actualmente estamos ofreciendo cuatro sesiones de mentorías de 30 minutos cada una a emprendedores tanto de la comunidad como fuera de ella.

Contamos con mentores de altísimo nivel, algunos empresarios, otros ejecutivos de empresas y consultores senior.

¿Cuáles son los valores de estos?

Las mentorías no tienen costo. Para acceder a estas, los emprendedores solo deben aplicar a través de las convocatorias que abrimos en nuestras redes sociales cada tres meses. A partir de ahí, revisamos las postulaciones, vemos la factibilidad de otorgarles apoyo y hacemos el match con el mentor adecuado.

¿Cómo se financia la Fundación?

La fundación se encuentra íntegramente financiada por la familia Münzer – Gredig.

¿A cuántas personas han logrado ayudar?

Desde nuestros inicios a la fecha hemos logrado ayudar a cerca de 40 emprendedores con casi 100 horas de mentorías. Asimismo, hemos hecho 628 entregas de comida a 27 familias de nuestra comunidad a través de Reshet y hemos colaborado mensualmente en el proyecto de Lazos (red de jóvenes judíos post universitarios) con ollas comunes en la Pintana.

¿Nos podrías contar sobre el programa “Un café con R”?

La idea de este programa nace de Roberto Busel (nuestro mentor senior) quien quiso crearlo como una iniciativa de Tikun Olam para compartir experiencias propias, de otros emprendedores y gente ligada al mundo de la innovación en Chile y el exterior, con el fin de democratizar el conocimiento y así educar a quienes están partiendo en el mundo de los negocios. El formato es de 30 minutos por programa, ideal para escucharlo al regreso del trabajo con contenidos masticados y digeribles para cualquier persona. Hemos tenido diversos invitados como Alan Meyer, Director General de Mercado Libre en Chile; Daniela Baytelman, CEO y Fundadora de Easycancha; Rocío Fonseca, Directora Ejecutiva de InnovaChile, entre otros.

Todas las charlas se encuentran disponibles en la página de Facebook de nuestra Fundación o en Youtube y Spotify de “Un Café con R”.

El desafío de emprender

Todo el equipo de Kalanit está consciente del camino difícil, pero tan satisfactorio a su vez,  que deben transitar las personas que quieren emprender. Por eso, invitan a todas aquellas almas soñadoras a que se sumen a esta Fundación y puedan aprender las herramientas necesarias para hacer frente a todos los obstáculos y desafíos que tiene el mundo del emprendimiento.

Para poder acceder a los programas que ofrece Kalanit, pueden seguir sus redes sociales en Facebook, Instagram, Linkedin y escribirles a info@kalanit.cl para mayor información.

¿Cuáles son las características que a tu juicio debe tener un emprendedor?

Creo que son resiliencia, optimismo, humildad, tolerancia a la frustración y aprender a aprender.

Más allá de los negocios, el emprendimiento es una aventura para el crecimiento personal y espiritual.

La capacidad de creer en un gran sueño que te apasione, tomar riesgos, partir desde cero y materializarlo, es sin duda alguna lo que mayor satisfacción da. Este sueño no está exento de complejos obstáculos, los que en realidad son pruebas que pone el camino para que el emprendedor pueda sacar a la luz todo su potencial. Por ello, no todo el mundo está preparado para convertirse en emprendedor, pero para aquellos que se la juegan y lo logran, la recompensa es infinita.

Y tú, ¿Te consideras emprendedor?

Personalmente sí. Veo la vida desde una óptica espiritual en la cual los desafíos que te pone la vida son para convertirte en una mejor versión de ti mismo, en un mejor ser humano.

¿Cuál crees que es el rol que deben tener los colegios y universidades en cuanto al emprendimiento?

Pienso que los colegios y las universidades deben darle espacios a la creatividad y a la innovación desde etapas tempranas, como también estimular el trabajo en equipos multidisciplinarios en forma colaborativa.

Asimismo deben permitir internamente que el fracaso no se castigue, sino que sea visto como una forma de aprender a ganar experiencia cada vez más rápido para lograr el éxito.

Creo que en las redes de educación formal es cada vez más necesario lanzarse tempranamente a aplicar la teoría aprendida en desafíos concretos que existen en nuestro país. En este sentido, Israel es un gran ejemplo que Chile podría imitar.

¿Cómo ves el emprendimiento a nivel nacional?

Veo un ecosistema cada vez más desarrollado y colaborativo. Cuando empecé mi carrera profesional el año 2005, mi primer trabajo fue en una empresa de tecnología liderada por dos emprendedores. En aquella época no se conocían los conceptos de inversionista ángel, aceleradoras y fondos de inversión en capital de riesgo. Desde la creación del programa Startup Chile de Corfo, basado en el israelí Yozma, las cosas comenzaron a cambiar diametralmente. Hoy Chile suena en el mapa mundial de emprendimiento con NotCo, Cornershop y Betterfly. No me cabe duda que en el futuro se escuchará aún más fuerte.

¿Cuál sería tu mejor consejo para alguien que está comenzando a emprender?

Lo mejor que puede hacer es pedirle consejos a quienes ya han recorrido el camino y escucharlos atentamente. También le recomiendo leer mucho sobre emprendimiento e innovación, pero sobre todo le diría que no dude en mejorar la capacidad de liderarse a sí mismo, tal como dice el Pirkei Avot “¿Quién es fuerte? Aquel que conquista sus impulsos”.

Conociendo a Tomás Munzer: el emprendedor cero

¿Por qué decidiste financiar esta Fundación?

La razón es muy simple, muy sencilla: tiene que ver con que hemos recibido “un gran regalo” como personas (como familia); y eso tiene relación con tener un buen estado de salud, un bienestar económico, y con gozar de la amistad y el cariño. Por eso, desde hace muchos años, hemos mantenido una actitud como familia: consiste en ser agradecidos por todo lo recibido.

Eso significa agradecer a D’s, a la vida, a la sociedad en la que vivimos, por todo lo que hemos recibido, por todos esos regalos. Hay una razón adicional: mi mamá (Ilse Grünbaum Rosenthal), nacida en 1921, procedente de Breslau (Alemania), llegada a Chile a fines del año 1939.

Ella llegó junto con sus padres, mi abuelo Néstor y mi abuela Ida. Desafortunadamente, mi abuelo Néstor fue atropellado tras dos meses de haber pisado suelo chileno. Mi abuela y mi madre se quedaron sin marido y sin padre, y la vida fue muy dura. No hablaban castellano; entonces, mi abuela cayó en una depresión feroz, y mi mamá tuvo que salir a trabajar: había estudiado Corte y Confección. Desde el primer día de su vida laboral tuvo una actitud generosa para con los demás. Junto con mi abuela, sabían y siempre tenían tiempo para escuchar al otro.

Ambas tuvieron una gran vocación por escuchar, asesorar y aconsejar. Eso lo heredó mi mamá de mi abuela. Eso mismo fue heredado por toda nuestra familia.

Creemos que es importante devolverle a la vida, a D’s, por lo que hemos recibido.

La pandemia fue un excelente pretexto. La humanidad (el mundo, el país, la ciudad en la que vivimos) contenía a muchas personas con necesidades. Muchos perdieron sus empleos y no podían salir a trabajar. Estaban recluidos en sus casas por la cuarentena. Entonces, había que contemplar una situación de emergencia, de necesidad grande, de nuestra colonia judía de Santiago de Chile. En una conversación que tuve con mi antiguo y querido amigo, Yonathan Nowogrodski, surgió la iniciativa de armar una Fundación, que originalmente se iba a llamar Ilse Grünbaum, en memoria de mi mamá. Pero coincidimos en que era mucho más atractivo, y más adecuado para su comunicación, mostrar una flor, particularmente la flor Kalanit, que es la amapola: es la flor nacional de Israel, y era una de las flores favoritas de mi mamá.

En memoria de ella, iniciamos esta Fundación. Hemos formado un Directorio que revisa anualmente sus acciones, y del cual participa el abogado David Fischer, que es muy cercano a nuestra familia. Junto con Yonathan Nowogrodski, hemos armado un equipo que ha proyectado a esta pequeña Fundación hacia la concreción, en muy breve tiempo, de todas las tareas y los objetivos que se propuso.

El nivel más alto de la Tzedaká, es cuando se le brinda las posibilidades de autosustentarse. En este sentido, ¿Qué sientes al saber que estás ayudando a muchas personas a surgir con sus negocios?

Hay un dicho en Chile, que dice “más vale enseñarle a pescar al individuo, que regalarle pescado”. Es un objetivo central de esta Fundación “enseñar a pescar”, a auto-sustentarse. Es una enseñanza muy potente, ya que es digna. Es mucho más digna que entregar dinero.

Es enseñar que el oficio y el emprendimiento son posibles, y permiten que personas que no tenían idea de lo que significa emprender hoy día lo sepan hacer.

Ahora saben hacer un plan de negocios, y cómo relacionarse con clientes y proveedores. Tenemos cerca de 30 emprendedores que –en estos quince o dieciséis meses que lleva la Fundación- han contado con siete mentores, a los que estoy inmensamente agradecido. Han trabajado intensamente en estos meses; han entregado su tiempo en forma totalmente gratuita para ayudar, encauzar y enseñar a los emprendedores.

¿Qué mensaje te gustaría darle a todas aquellas personas que están pasando por momentos complejos con sus emprendimientos?

Que la persistencia es muy importante.

Hay que ser insistente y no aflojar.

Por más de 40 años he sido empresario, y hubo momentos muy difíciles, incluso con grandes dificultades económicas. Pero siempre he tenido el Norte: la responsabilidad, la tarea de sacar adelante al negocio, no solo por mí y por mi familia, sino por la fuente laboral que significan los emprendimientos que tenemos en Chile, y también fuera del país.

Desde mi punto de vista, es importante que las personas no se dejen vencer ante las dificultades, e incluso ante algunos fracasos que se presenten en el camino. Vencer las dificultades es todo un desafío, y por eso desde la Fundación, con mucho esfuerzo, preparamos a las personas, en pocas sesiones, para que sepan anticiparse a las dificultades y los obstáculos que existen en el mundo de los negocios.

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