Por Rabino Yonatan Szewkis Sabah
La festividad de Januká que celebramos en estos días nos remite a la historia de los Macabim luchando contra el ejército helenista, pero el mayor desafío, sin dudas, fue la lucha contra la asimilación que se vivía en aquellos tiempos producto de la gran influencia helenista que existía en el territorio de Judea en aquella época.
Tal como lo dice la palabra, Januká, quiere decir inauguración, y eso fue exactamente lo que lograron hacer los macabeos en ese tiempo: reinaugurar el Beit Hamikdash, retornando a las prácticas y rituales que se llevaban a cabo, pero por sobre todo, reinsertar el judaísmo que había sido dejado de lado, como dijimos, por la fuerte influencia de la cultura Helenista, la cual proponía grandes novedades a la vida común de los judíos de aquella época.
Los últimos años, entre el Estallido Social y la Pandemia, nos vio obligados a permanecer más que nunca en nuestras cosas y, como comunidad, al igual que todas las comunidades en el mundo, tuvimos que mantenernos desde la redes sociales, el Zoom, el Meet y tantas formas tecnológicas como fueron posible para poder permanecer como comunidad y, por supuesto, conservar nuestro judaísmo.
Gracias a Dios, la gran campaña de vacunación en nuestro país, permitió que los casos de COVID-19 disminuyeran notablemente en los últimos meses, como así también la cantidad de fallecidos y de personas hospitalizadas, lo cual llevó a la apertura de nuestras respectivas comunidades y, de la vida en general.
Sin embargo, la precaución, el miedo y la comodidad (¿por qué no decirlo?) ha hecho que el retorno a las comunidades sea lento e inseguro.
A pesar de todo esto, con mucho orgullo, la Comunidad Israelita de Valparaíso Viña del Mar, dice: ANAJNU PO!!! Aquí estamos.
Sumado a lo anterior, este año particularmente, fue un año desde lo comunitario muy difícil. Varios miembros históricos y queridos de nuestra comunidad fallecieron por distintas causas, mermando significativamente el número de personas que componen nuestra comunidad.
Aún así, algunos nacimientos nos retornan la esperanza de que nuestra comunidad seguirá a flote y a la vanguardia del judaísmo de Chile por muchos años más.
Una mención aparte merece nuestro Colegio, el Colegio Hebreo de Viña del Mar, el cual con esfuerzo y coraje poco a poco ha ido retornando a la presencialidad, manteniendo todo un esquema de clases híbridas, las cuales han permitido mantener al alumnado y continuar siendo un referente educativo de la Quinta Región.
Desde lo social, y entendiendo los desafíos que ha traído a toda la sociedad chilena la pandemia y la situación actual, con mucho orgullo, podemos destacar la implementación del Banco de Alimentos de nuestra comunidad. Con apoyo de la Red de Alimentos, con mucho orgullo podemos contar que hoy apoyamos a una veintena de “Ollas Comunes” de diversas partes de la V Región, gracias a una gran campaña realizada internamente en nuestra comunidad, como así también en el colegio.
Durante el verano pasado, pudimos contar en forma virtual con una gran Escuela de Verano, con participantes de lujos, que nos ayudaron a poder tener un contexto claro de la situación que atravesamos socialmente.
Por otro lado, las últimas elecciones que han marcado la agenda política de nuestro país, han sido abordadas desde lo comunitario, con grandes debates entre candidatos a diputados por nuestra región, como así también con una gran charla junto a Robert Funk y el presidente de la Comunidad Judía de Chile, Sr. Gerardo Gorodicher, quienes nos ayudaron a entender el panorama desde lo político y cómo este nos afecta comunitariamente.
Otros aspecto muy positivo a destacar, son las fuertes relaciones y compromiso con el Estado de Israel, esto se ha visto plasmado en la gran cercanía que hemos mantenido, más que nunca, con la Embajada de Israel y, en especial, con la Embajadora Marina Rosemberg, a quien tuvimos el inmenso placer de contar con ella durante todo el día de Iom Hakipurim, como en tanta ceremonia y celebración que hayamos tenido.
Nuestros jóvenes Madrijim de Macabi Hatzair Viña del Mar, con un esfuerzo increíble han mantenido a flote Macabi y a la juventud judía viñamarina, con todo los contras que ha traído esta pandemia, nada fue impedimento para ellos para continuar con la enorme labor de formación judía no for social y manteniendo en alto siempre al judaísmo y a Israel. Nuestras javerot de W.I.Z.O. con sus magníficas campañas en pos de ayudar desde la diáspora a nuestra amada Medinat Israel, y las Damas Israelitas, manteniendo en alto el nombre de nuestra comunidad y del judaísmo a través de su incansable labor de acción social.
Como ven, a nuestra manera en estos años de pandemia nos hemos vuelto unos nuevos macabim, luchando contra un mal como la pandemia, pero más aún contra la asimilación e intentando con mucho esfuerzo continuar manteniéndonos a flote.
En los últimos meses, con esfuerzo, responsabilidad hemos iniciado nuestro Januká, nuestra reinauguración de la presencialidad, hemos vuelto a nuestra casa y esperamos semana a semana que nuestra sinagoga y los añosos salones de nuestra comunidad vuelvan a colmarse de nuestros socios y de todas las personas de la comunidad judía de Chile, que saben que SIEMPRE tienen las puertas abiertas para visitarnos cuando estén por estos lados.
Por último, sólo desear que así como las luces de la Menorá del Beit Hamikdash, con la llegada de los macabim y la reinauguración del Bet Hamikdash, volvieron a brillar, que también las luces de todas nuestras comunidades vuelvan a brillar, recordando siempre, que las verdaderas luminarias de nuestro pueblo somos cada uno de nosotros, son cada uno de ustedes.
JAG HA URIM SAMEAJ!!!!!
Rabino Yonatan Szewkis Sabah