En Beit Israel contamos con Francisca Lavin, nutricionista de profesión, de la Universidad del Desarrollo, además Chef de la escuela culinaria francesa ECOLE, quien lidera el equipo de cocina, y nos cuenta de su labor desde el punto de vista de la nutrición y del manejo gastronómico de la residencia.
Al ingresar un nuevo residente se evalúa su condición nutricional, a través de una evaluación objetiva que consta de pesar, medir la talla ya sea por tallímetro o por estimación de altura de rodilla, también se toman otras medidas como la circunferencia de pantorrilla que nos permite identificar la depleción del músculo propia de la edad del adulto mayor, y además, se miden los pliegues cutáneos para evaluar la composición corporal de forma más detallada.
Por otro lado se realiza una evaluación subjetiva que nos permite pesquisar un riesgo nutricional; existen diferentes recursos para llevar a cabo esta evaluación tales como, valoración global subjetiva, Mini Nutritional Assessment y los criterios GLIM (Global Leadership Initiative on Malnutitrion), la herramienta a utilizar dependerá de cada persona, todo eso va acompañado de una entrevista general al residente o a su familia.
El objetivo de esta evaluación descrita anteriormente es obtener un diagnóstico que nos permita mejorar el estado nutricional de nuestros residentes y contribuir a la recuperación y/o mantención muscular, evitando la fragilidad y riesgo de caídas.
En caso de que alguno de ellos tenga un mayor gasto energético y que no pueda ser cubierto a través de la dieta se suministrará un suplemento alimentario.
Posteriormente se generan las pautas alimentarias acordes a lo evaluado previamente.
Se trabaja en la planificación alimentaria de cada mes intentando complacer los gustos de los residentes de Beit Israel.
Nuestra cocina cuenta con un gran equipo que está conformado de: maestros de cocina, maestra repostera, ayudantes de cocina, garzones y coperos, más un encargado de compra y abastecimiento. Todos ellos conforman un eslabón necesario para el buen funcionamiento y atención hacia nuestros residentes.
Nuestros colaboradores se caracterizan por trabajar en equipo y tener una gran calidez y cercanía con nuestros usuarios.
Una de las cosas que nos caracteriza como institución es que la comida que se prepara es Kasher y todos los productos son elaborados por nuestros colaboradores, desde el pan hasta los postres y las masas dulces.
Las comidas se dividen en días lácteos y días de carne y lo días viernes se acostumbra a preparar comida tradicional judía, como beigalej, varénikes, burrecas de jandrasho, minas, blinzes etc.
En búsqueda de mejorar la calidad y presentación de nuestras preparaciones, es que hemos adquirido hornos de gran calidad y tecnología. Con estos hornos tenemos el objetivo de seguir mejorando la calidad de nuestras preparaciones.
Tanto para la cocina como para todos nuestros colaboradores la pandemia ha generado un desafío que hemos logrado superar con creces, ya que nuestros residentes han seguido recibiendo sus comidas como acostumbran, a pesar de que hemos tenido que recurrir a entregarles los alimentos en loza desechable.