Por Fernando Ramos
El mes de septiembre este año comenzó en los albores del mes de Elul, el último mes del calendario judío que antecede a las Altas Fiestas (Rosh Hashana, Yom Kipur y Sucot); mes en que entramos en un proceso de Teshuvá. Algunos interpretan la Teshuvá como arrepentimiento, pero en realidad, literalmente, significa retorno: podríamos decir que es el momento en que retornamos a nuestro interior para conectarnos con lo mas profundo de nuestro ser, y revisar internamente y espiritualmente todo aquello que debemos tratar de cambiar y mejorar para acercarnos más a D’s plenamente y aceptarlo como nuestro D’s, Rey y Señor del universo, es el momento en que Él se vuelve más misericordioso y compasivo con nosotros, para aceptar nuestro arrepentimiento y se vuelve más cercano al ser humano.
En este mes se toca el Shofar, y el sonido penetrante y profundo de éste nos invita a entrar en este proceso anteriormente descrito. Para nuestros residentes, es importante y necesario seguir conectados con sus tradiciones, que han sido transmitidas de generación en generación a través del tiempo. Todos los días del mes de Elul, en la residencia, nuestro oficiante, Fernando Ramos, toca el Shofar permitiéndoles a ellos cumplir con la mitzvá de escuchar sus sonidos y conectarse con su ser interior.
También este mes la comunidad se hizo presente, a través, de un grupo de alumnas del colegio Maimónides, quienes junto a los residentes confeccionaron tarjetas de buenos deseos para el nuevo año, almorzamos con nuestro Rabino Daniel Zang, donde conversamos sobre el significado de estas fiestas y tuvimos la grata presencia del grupo Wizo Senior, que cada año nos entregan un mensaje de Rosh Hashana y nos traen de regalo miel y dátiles, símbolos de deseos de dulzura y abundancia para el nuevo año.
Tampoco podemos sustraernos de lo que significa el mes de septiembre, el mes de la Patria, de la chilenidad, que vivimos intensamente dentro de nuestro hogar junto a los residentes y nuestros colaboradores, en donde nuestra residencia se engalana con los colores de la bandera, se realizan actividades típicas de esta festividad, como carrera de sacos, la silla musical, el juego de las argollas, el emboque, la carretilla Etc.
La cocina se esmeró en preparar un rico almuerzo dieciochero, con empanadas, sopaipillas, mote con huesillo, chilenitos, donde tanto residentes como funcionarios disfrutaron y compartieron este almuerzo.
Para culminar esta gran celebración, disfrutamos la presencia de un grupo folclórico, que nos deleitó con sus lindas canciones, vestimentas tradicionales y por supuesto, no podía faltar el baile de la cueca, para esta ocasión nos acompañó el grupo de la Junta de Vecinos de Santa Rosa de Apoquindo.
Les dejamos una muestra fotográfica de las actividades de este mes y les deseamos que sean Sellados e Inscritos en el Libro de la Vida.