Por Rabino Efraím Rosenzweig
Hace más de un año y medio comenzaba en el mundo, y también en nuestro país, una pandemia de características inéditas en los últimos cien años y que ninguno de nosotros o de nuestros padres habían vivido.
Nuestra esperanza era que pronto eso fuera solo un triste recuerdo y que pudiéramos retornar rápidamente una vida normal.
Obviamente nuestro deseo más ferviente era que el próximo Rosh Hashana y los futuros Iamim Noraim, nos pudiéramos reunir presencialmente sin límites ni aforos (palabra nueva que surgió o se redescubrió a partir de la pandemia) y que pudiéramos abrazarnos sin necesidad de mascarillas, ni distanciamiento social.
Sin embargo, mientras estoy escribiendo este texto, más de un año y medio después del inicio de los contagios, se está anunciando por los medios de comunicación cambios en el Paso a Paso de la región metropolitana. Y a pesar de que esto sean una noticia que nos libera de cierta forma, existe aún la incertidumbre de si podremos vivir estos Iamim Noraim, en comunidad, como nos gusta y como estamos ya acostumbrados.
Ustedes se preguntarán ¿qué tiene que ver esto con nuestras fiestas? Y la respuesta es simple, los seres humanos debemos preocuparnos de nuestra vida y la de los demás a través de nuestra conducta y de nuestra relación con los demás.
En la medida que nos vacunemos y cumplamos los protocolos sanitarios que correspondan estaremos no solo cuidándonos sino cuidando a nuestros hermanos.
Los Iamim Noraim son justamente una época especial para reflexionar sobre estos temas y comprometernos a actuar acorde a esas reflexiones en el futuro.
Se acercan por otro lado meses decisivos para el futuro de nuestro país y el ishuv judío que no tienen que ver ya con la pandemia sino con avatares políticos. Que estas celebraciones de nuestro calendario nos permitan tener la ponderación y la prudencia para enfrentar estos momentos decisivos.
Que podamos celebrar en el futuro nuestras festividades todos juntos con salud y con paz, que tengamos bendiciones y que finalmente podamos salir adelante con nuestras vidas.
Shana Tova y Jatimá Tová para todos!!!
Rabino Efraím Rosenzweig